Aunque se han llevado a cabo grandes avances, todavía son muchos los retos que ha de superar la sociedad para conseguir una plena igualdad de oportunidades para todos los géneros. La mujer continúa estando en una posición de clara desventaja con respecto al hombre en el mundo laboral. Estos son algunos de los obstáculos que se te presentan hoy día si eres mujer y quieres desarrollar tu carrera profesional.
Desigualdad salarial entre mujeres y hombres
La brecha salarial entre mujeres y hombres es un hecho constatado. No se justifica ni por la formación, ni por el puesto, ni por el tamaño de la empresa, ni siquiera por la jornada que se realice. Por este motivo, la recomendación para medir la brecha salarial es dar el promedio salarial por hora trabajada. Según los últimos datos recogidos por Eurostat, la brecha se sitúa en el 15,1%. Esta es la diferencia entre el salario que cobra una española al mes y el que gana un español.
Hace unos meses, se aprobó el registro salarial por género, gracias al cual las empresas están obligadas a anotar los sueldos de la plantilla desglosados por género. Cualquier persona empleada puede acceder a este registro. Además, las empresas de más de 50 trabajadores están obligadas a elaborar un plan de igualdad e implementarlo en menos de tres años. Todavía tenemos que esperar un tiempo para analizar si estas medidas conseguirán reducir la brecha salarial.
Precariedad laboral y mayor carga de cuidados
Uno de los indicadores que denotan que la mujer sufre mayor precariedad laboral que el hombre es atender al número de horas que están contratadas. Según datos recogidos por la Encuesta de Población Activa para el total del 2018, el 75,5% del trabajo a tiempo parcial lo realizan mujeres. El problema de este tipo de jornada es que es involuntario. Más de la mitad de las mujeres que trabajan a tiempo parcial desearían una jornada a tiempo completo.
Por otro lado, el 59,4% de las personas paradas son mujeres. Si se tienen en cuenta las cifras de paro de larga duración, es decir, las personas que llevan más un año sin encontrar trabajo, el porcentaje de mujeres se dispara hasta el 64%.
Pero uno de los indicadores más implacables de precariedad relacionada con la vida laboral es la brecha que aparece en el cobro de las pensiones. Todos los factores mencionados, unidos, principalmente, a que hace años las jornadas de muchas mujeres estaban dedicadas íntegramente a trabajo no remunerado, como el cuidado de menores, personas dependientes y del hogar, han tenido como consecuencia que ellas cobren menos que ellos a la hora de jubilarse. Según un informe publicado por UGT a finales de 2019, los hombres cobran una pensión un tercio superior a la de las mujeres.
Súmesele a toda esta situación, que las mujeres cumplen en mayor medida una doble jornada que los hombres. Esto es, trabajan fuera de casa y, cuando llegan a su hogar, la jornada de cuidados y labores domésticas continúa muy por encima de lo que continúa la de los hombres. Según datos de la última Encuesta de Empleo del Tiempo elaborada por el Instituto Nacional de Estadística, el 92,2% de mujeres cumplen con este tipo de cometidos y dedica una media de 4,5 horas diarias a llevarlos a cabo. Sin embargo, el porcentaje de hombres con doble jornada se reduce hasta el 74,4% y su media de dedicación diaria es de tan solo 2,5 horas.
Techo de cristal y futuro en las STEM
Hay que tener en cuenta que las mujeres no figuran por igual en todas las funciones, su número comienza a descender cuanto más aumenta el cargo. Es lo que se conoce como techo de cristal. Según un estudio del Instituto Europeo por la Igualdad de Género, solo el 21% de los cargos en consejos de administración de grandes empresas españolas están ocupados por mujeres.
Por otro lado, las mujeres tampoco tienen la misma presencia por sectores. Hay una clara infrarrepresentación de la mujer en las profesiones STEM, es decir, las relacionadas con titulaciones de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas, que son las que gozarán de mayor relevancia en el futuro. Según el último informe de Científicas en cifras, tan solo el 24% del personal investigador en universidades de Ingeniería y Tecnología son mujeres. Este mismo documento incide en que son notables las brechas de género a favor de los hombres en el conjunto de ayudas a proyectos de I+D+i.
Los estudios sobre este tema insisten en que es necesario incentivar la vocación científica desde la etapa infantil. A las niñas les falta referentes femeninos y hay una menor confianza en sus capacidades para la ciencia y las matemáticas. Esto provoca que solo un 20% de las estudiantes españolas elijan estudiar una carrera STEM.