¿Te has parado a pensar cuántas de las horas que pasas en tu puesto de trabajo estás concentrado? Probablemente menos de las que quisieras. Sin que sea necesario estarlo siempre, sí que se precisa un tiempo a diario en este estado de intensa productividad para sacar el trabajo eficazmente.
Y no siempre se consigue. Ruidos e interrupciones propios de la dinámica de la oficina forman parte de las distracciones que vienen de fuera y sobre las que poco podemos hacer… pero ¿cómo evitar las distracciones sobre las que sí tenemos algo de control?
Crear las condiciones
Antes de empezar a trabajar es importante tener a mano todo lo que vayas a necesitar. Abrir solo las aplicaciones que vayas a utilizar y tener preparado agua o un café de manera que cuando te vayas a sentar no encuentres ningún motivo por el que levantarte en un rato. Adopta una buena postura y ponte ropa adecuada pero cómoda con la que no vayas a pasar frío o calor.
Programar descansos y otras tareas a las que atender
Tener cosas pendientes crea una especie de ruido de fondo en tu cabeza que resta atención. Ponles una hora para que tu mente pueda dejar de tenerlo pendiente y no se distraiga tratando de recordarlo cada tanto. Llamadas, notificaciones del teléfono, emails urgentes, mensajeros, asígnales un momento en el día para atenderlas, aprovecha entonces para consultar redes sociales y hacer llamadas. Acostumbra a tu entorno a que hay un espacio dentro de tu horario en que vas a poder atenderlos, pero no a cualquier hora.
Decir (te) no
Dice el dicho: “Todo es ponerse” y desde aquí añadimos, “pero no solo”. Poner en marcha la voluntad para hacer algo es un paso importante, pero mantenerlo hasta que se acaba o hasta llegar a donde nos hemos marcado previamente es más complicado. Sobre todo, cuando la tarea que tenemos que acometer no es urgente. Con todo el tiempo por delante se tiende a posponer, a hacer una estimación demasiado optimista del tiempo que nos llevará terminar la tarea. Así que introducimos distracciones varias por el medio porque creemos erróneamente que nos dará tiempo. Por lo que si, desde la lógica, pensamos que deberíamos ponernos ya por tal o cual razones, hay que ponerse sin excusas.
Priorizar tareas y descansar cada tanto tiempo
La distracción está muy relacionada con el cansancio. Para evitarla hay que procurar emprender las actividades que requieran de una mayor concentración en el momento del día en el que se está más despejado. Esto depende de los biorritmos de cada uno. Hay quién rinde mejor por la mañana y otros dejan para la tarde, cuando la oficina está más tranquila, las labores más difíciles o complejas. Dormir bien hará que nos distraigamos menos.
Hacer paquetes de tiempo con miniobjetivos
Una buena planificación de la jornada no dejará que los ladrones de tiempo se cuelen en el horario. Distribuye el día según el número de tareas que tengas pensado realizar. Y ponte un pequeño objetivo que te acerque a lo que te has propuesto para cumplir en cada tramo. Pase lo que pase has de cumplir con ello.
Construir tu propia concentración
A la mente le cuesta unos veinte minutos acostumbrarse a una nueva tarea, según algunos estudios (o pensar en las terribles consecuencias que tendrá no terminar a tiempo). Una vez alcanzados, cuando ya estás inmerso en la actividad es cuando se producen los instantes más productivos. Tu concentración está al máximo. Este tiempo durará cada vez más con un entrenamiento y si mantienes a raya las distracciones.
El deporte y ponerse música
Hacer algo de actividad física te ayudará a mantener la mente despejada. Siempre y cuando evites que el esfuerzo sea tanto que caigas agotado y solo quieras dormir o estar tumbado.
No ayuda a todo el mundo, pero escuchar música, si es con cascos mejor, aísla bastante los ruidos exteriores. Preferiblemente sin letra para que no nos distraiga.
Aunque una de las habilidades más demandadas a la hora de encontrar un puesto de trabajo es tener la capacidad para abordar varias tareas de forma simultánea, lo que se conoce como multitask hay que encontrar un equilibrio entre ser capaz de ejecutar esa habilidad y mantener la concentración para que no aparezca el estrés y nos bloquee.