La retribución que recibe un trabajador en nómina no siempre es en dinero contante y sonante. Muchas empresas pagan parte del salario a sus plantillas en forma de bienes, derechos o servicios. Se trata del salario en especie y puede traducirse tanto en un cheque restaurante como en parte de las acciones de la empresa. El salario en especie forma parte, habitualmente, de la negociación en una relación laboral y es un aliciente a la hora de reclutar talento y de conseguir la estabilidad de una plantilla.
¿Qué es y qué no es el salario en especie?
El salario en especie debe ser el disfrute de un servicio o bien, o la obtención de un producto, que se pueda utilizar cuando no se esté trabajando. Por ejemplo, si el coche que se utiliza de la empresa solo puede usarse durante la jornada laboral, eso no es salario en especie. Lo es cuando se puede hacer uso de ese vehículo fuera del horario laboral, para uso personal del trabajador.
Es importante tener en cuenta que el salario en especie no es una medida de gracia que otorga el empresario, esta cantidad siempre tiene que estar vinculada a la relación laboral, es el pago por la prestación del servicio que hace un empleado, pero en forma de bien o servicio.
Estos servicios que ofrecen las empresas en la carta de retribuciones en especie deben resultar gratuitos para el trabajador o tener un precio inferior a su valor en el mercado. En general, la cuantificación de ese servicio, lo que después aparecerá en la nómina en concepto de retribución en especie, tendrá que ver con su precio en el mercado normal o con la diferencia entre lo que paga el empleado por él y lo que se pagaría en el mercado.
¿También tributa al IRPF el salario en especie?
Sí tributa al IRPF y por esta razón el salario en especie cotiza a la Seguridad Social de la misma manera que lo hace la retribución monetaria. Tiene que formar parte de la declaración anual de la renta, aunque determinados servicios, de los que hablaremos más adelante, están exentos de tributar al IRPF. Es el motivo por el que en la nómina debe aparecer la traducción en dinero del valor de la especie en cuestión. Esta información puede consultarse en la Ley del IRPF (artículo 43). La empresa también puede ofrecer el dinero para que se adquiera ese servicio o producto. En ese caso la renta se considerará dineraria.
Otra de las características de este tipo de salario es que el Estatuto de los Trabajadores fija que el salario en especie no puede suponer más del 30% de las percepciones salariales de un trabajador. El salario en especie, que también se puede llamar retribución flexible, también cuenta para la base de cotización a la hora de las cuantías que se recibirán por pensiones, o de una indemnización por despido, por ejemplo.
¿Retribución flexible o salario en especie?
Algunas empresas tienen una serie de servicios que el empleado puede seleccionar para que formen parte de su retribución, son los planes de retribución flexible. En este sentido, habrá empleados que opten a uno o varios de esos productos y otros a los que no les interese ninguno porque no se adaptan a sus necesidades. De ahí la flexibilidad, podrá elegir qué porcentaje de su salario puede convertirse en retribución en especie. Hay que recordar que solo podrá hacerse hasta un máximo del 30% de su salario.
Conviene señalar las diferencias entre compensaciones y retribución en especie. La diferencia entre dietas y un ticket restaurante puede servir para explicarlo. En el caso de las dietas son percepciones extrasalariales porque con ellas se pretende compensar a un empleado por los gastos extra que pueden producirse en el ejercicio de su trabajo. Por ejemplo, por desplazamiento puntual para el desempeño de sus tareas a otra localidad. Cosa muy distinta es el facilitar cheques restaurante para comer el menú en el centro de trabajo u otros lugares porque el trabajador elige, así, no hacerlo en su casa o traer su propia comida. Esto último sí formaría parte de las retribuciones salariales.
¿Cuáles son los servicios más habituales con los que se retribuye en especie a los trabajadores?
Los servicios más habituales que ofrecen las empresas son los tickets restaurante, pero también los de guardería en el propio centro de trabajo o cerca. Al ofertar este servicio, las compañías se jactan de estar favoreciendo la conciliación laboral y, de hecho, es uno de los servicios mejor valorados por los trabajadores. Este tipo de beneficios, además, no tienen la obligatoriedad de tributar para el IRPF.
El transporte al centro de trabajo en el bus de la empresa suele ser parte del salario de empresa de un trabajador, esto es, retribución en especie. Como el propio plus de transporte. También formación que no sea necesaria para el puesto de trabajo forma parte del paquete de pagos en especie que puede ofrecer una compañía.
El coche de empresa es otro de los habituales en las percepciones salariales en especie. También lo son las participaciones o acciones de la compañía, seguros de salud o planes de pensiones o préstamos a un tipo de interés inferior al valor del mercado.
Dependiendo de las características de la plantilla las empresas eligen y adaptan el abanico de beneficios van a poner a disponibilidad de la retribución flexible.
Tanto empleados como compañías encuentran ventajas en el salario en especie
Las ventajas para el empleado que tiene la posibilidad de una retribución flexible se producen en dos sentidos. A la hora de tributar, y puesto que determinados servicios están exentos de tributo, el tramo por el que le correspondería baja al obtener menos rentas dinerarias. Por otro lado, se beneficia de una serie de servicios que le ofrece la compañía, que tendría que contratar de igual forma, a menor coste.
Por su parte, las compañías también encuentran beneficios a la hora de recurrir al pago en especie. Pueden incrementar los salarios ofreciendo servicios que adquieren a mejor precio porque los contratan al por mayor, sin que eso implique mayores costes laborales. Supone una ventaja para implementar en una estrategia de employer branding, tanto para atraer como para retener talento.