Por fin ha llegado el día. Tras mucho trabajo previo preparando tu currículum, tu carta de presentación, revisando tus perfiles sociales, tu porfolio, y dedicando mucho de tu tiempo a buscar ofertas de empleo que encajen en tus expectativas, y competir con multitud de candidatos, has conseguido una entrevista de trabajo.
Preparación previa
Ahora es el momento de comenzar a preparar esa entrevista para tratar de dar lo mejor de ti y demostrar que eres el candidato/a que ellos estaban buscando. Por eso, es muy importante que prepares con antelación esa entrevista y las mejores respuestas para aumentar las posibilidades de que reconozcan tu valía, tus aptitudes y capacidades para el puesto en cuestión, y si es el caso, te seleccionen o pases a la siguiente fase del proceso de selección. Ante esta situación, es fundamental que prepares las posibles preguntas que te puedan plantear y las respuestas más adecuadas para cada tipo de pregunta. De hecho, estas preguntas debes considerarlas como una oportunidad para demostrar tus fortalezas y tu profesionalidad y, sobre todo, todo lo que puedes aportar a la empresa.
Es muy probable que en esa entrevista te hagan preguntas en torno a tus debilidades y limitaciones, y ante esta situación, debes pensar bien qué vas a decir y cómo lo dices. Ten en cuenta que es muy importante tanto la expresión verbal como la no verbal.
Nadie es perfecto, así que tu tampoco tienes que serlo
Cuando te preguntan por tus debilidades hay que tratar de ser sincero, no mentir o tratar de disimularlo. Además, son una oportunidad de demostrar tu crecimiento profesional y tu capacidad de aprendizaje ante esas limitaciones o debilidades, de las cuales eres consciente y has trabajado para solucionarlo. Por eso, es importante hacer un análisis de uno mismo para detectar aquellas cuestiones que sean tus puntos débiles y pensar cómo minimizarlos a través del trabajo. Como ejemplo, para tratar de entender mejor lo que estamos planteando, ante una situación de debilidad como lo puede ser la falta de experiencia laboral (lo cual queda reflejado en el propio currículum vítae), se puede demostrar que se es consciente de ello, pero que se compensa con la capacidad y las ganas de aprender y la formación recibida hasta el momento e interés por seguir formándose.
Reconocer nuestras debilidades nos permitirá aumentar nuestra credibilidad ante el entrevistador, pero debemos saber cuáles de esas debilidades debemos admitir y evitar aquellas que puedan afectar a diversas funciones o responsabilidades relacionadas con el puesto que necesitan cubrir. Debes tener en cuenta que frases como “soy demasiado perfeccionista” o “me exijo demasiado” han sido utilizadas en exceso, y los reclutadores están más que habituados a escucharlas, y ese tipo de frases lo único que denotarán es que no estás siendo realmente sincero. Por tanto, debes tratar de analizarte a ti mismo para ser consciente de tus debilidades y “darles la vuelta” para conseguir utilizarlas en nuestro beneficio gracias a cómo hemos actuado ante ellas, cómo hemos sido capaces de aprender de ellos y corregirlos. Reconocer nuestros propios límites demuestra que conocemos nuestras limitaciones y son un ejemplo de humildad.
Rectificar es de sabios
Deberemos explicar cómo hemos logrado corregir y aprender de esos “errores”. Para ello, debemos evitar la improvisación y previamente pensar en ejemplos que demuestren cómo hemos convertido esas debilidades en fortalezas, o cómo lo estamos haciendo a través del trabajo diario. Por ejemplo, podemos decir que antes dedicábamos demasiado tiempo a un proyecto en concreto, pero que gracias a la experiencia hemos aprendido a confiar más en nuestras decisiones y, por tanto, ser más eficientes, aumentando nuestra capacidad de atender diversos proyectos de forma simultánea.
Es importante que, cuando te pregunten por tus debilidades, te centres en lo estrictamente laboral y de qué modo afecta a tu desempeño. No digas, por ejemplo, que eres inseguro, di que te gusta revisar y contrastar los trabajos antes de entregarlos para asegurarte de que son correctos. Esto aportará un plus a tu perfil ya que estarás demostrando que eres exigente contigo mismo y te gusta tener las cosas bien atadas. No siempre hay una respuesta adecuada o mejor para cuando te preguntan por tus debilidades. Lo que el reclutador está buscando es ver tu capacidad para superar retos y dificultades y tu originalidad, y esto debes transmitirlo siempre con una actitud positiva, constructiva, de crecimiento personal. Ten en cuenta que, ante todo, no tienes nada que perder y mucho que ganar. Partes del hecho de que, en ese momento, no tienes trabajo, o si lo tienes, ahí seguirá esperándote cuando hayas salido de la entrevista. Por tanto, te va a servir para aprender de esa experiencia y, quizá, salgas con tu próximo empleo.
En Synergie estamos para ayudarte a encontrar empleo, y nuestros consultores especializados te ayudarán a lograrlo. Pero una vez hayas conseguido esa entrevista, está en tus manos transmitir la mejor impresión. Por eso, si tienes en cuenta nuestros consejos y con trabajo y buena actitud, seguro que lo consigues. Recuerda, tu actitud positiva es clave, y debes tener confianza en ti mismo. Si tú la tienes, los demás también la percibirán.