Lo ideal sería poder estudiar primero y después aplicar lo aprendido en un trabajo. Sin embargo, en muchas ocasiones esto no es posible. Los precios de las universidades han aumentado mucho y no todas las personas que lo solicitan reciben una beca. Si estás entre ellas, es probable que tengas que trabajar mientras estudias. Si es así, te conviene saber cómo debes organizarte para sacar el mejor partido a tu tiempo. Y también qué empleos son los más compatibles con esta doble tarea.
Trabajar mientras estudias: ¿mito o realidad?
Cada vez más personas se ven obligadas a compatibilizar sus estudios con un empleo. En algunas ocasiones debido a los altos precios de las matrículas. Unido a la imposibilidad de conseguir una beca de estudios. Las familias no siempre tienen recursos suficientes para financiar tres o cuatro años de grado y otros dos más de máster. Y entonces toca encontrar un trabajo.
En otros casos el motivo es otro. Se trata de personas que ya están trabajando y que retoman de nuevo sus estudios. Puede ser porque realizan un máster para seguir estando actualizados en su campo. O bien porque han decidido darle un giro a su vida pero no pueden permitirse dejar de ganar dinero. En estas circunstancias, el learning agility es fundamental.
En los dos casos, estudiar una carrera o una FP requiere esfuerzo y tiempo. Ambas cosas son también imprescindibles en el mercado laboral. Visto así, parece imposible que ambas actividades sean compatibles. Sin embargo, no lo son. Con una serie de claves puedes trabajar mientras estudias.
Cómo hacerlo es ahora más sencillo gracias a los recursos disponibles en internet y al auge del trabajo online. Pero eso no significa que puedas perder de vista una serie de claves imprescindibles que te permitan afrontar el reto con éxito.
La base es saber organizarse
Tener dos actividades al mismo tiempo, da igual las que sean, solo es posible de un modo: si sabes organizarte. Si no es así, debes aprender a hacerlo. Porque de otro modo siempre te dejarás algo por hacer, no cumplirás con todos tus compromisos y habrás empleado tu tiempo y esfuerzo para nada. Acabarás agotado pero sin ningún tipo de beneficio.
- Para poder comenzar a organizarse lo principal es que tengas ordenada toda la información. Esto significa que debes contar con un horario exacto del tiempo en el que estarás en clase o realizando prácticas. Colócalo en un lugar visible y siempre a mano. Así tendrás una idea clara del tiempo del que dispones para poder trabajar. Con estos datos en la cabeza podrás comenzar a buscar un empleo que sea compatible con tus estudios.
- En este asunto de la organización, es también clave saber controlar los tiempos. Utiliza las alarmas del móvil y los recordatorios para que no se te escape nada.
- Y resérvate siempre tiempo para el descanso y para dormir las suficientes horas. Agotarse es improductivo a largo plazo. Trata de dejar al menos medio día libre a la semana y de no hacer nada después de cenar para que puedas dormir.
Adaptarse es imprescindible
La situación de tener que trabajar mientras estudias es complicada. Por eso es necesario que sepas modificar tus rutinas y adaptarte a tu nueva forma de vida. Lo que está tan de moda ahora con el término resiliencia.
En esta tarea de adaptación juega un papel fundamental la eficiencia. Es decir, hacer las tareas correctamente a la primera y empleando la menor cantidad de recursos.
En el ámbito de los estudios esta eficiencia se alcanza principalmente a través de la concentración:
- Cada vez que te pongas a estudiar, olvida distracciones y dedícate solo a eso.
- Utiliza también técnicas de estudio que mejoren tu eficacia.
- Trata de no perderte muchas clases y de tomar los apuntes correctamente. Esto te ahorrará mucho tiempo porque ya tendrás buena parte de los contenidos fijados.
- Si es necesario, cambia también la modalidad de estudios para hacerlo online y desde casa. Esto te ahorrará tiempo en desplazamientos y te quitará mucho estrés.
Dónde se puede trabajar mientras estudias
Si los estudios son una prioridad, no puede serlo menos el trabajo. Por eso es fundamental que seas capaz de encontrar el empleo perfecto para ti que te permita continuar con tus estudios. Tienes varias opciones:
- Empleos de fin de semana. Es una de las alternativas más sencillas porque te permite acudir a clase sin preocupaciones. Hay muchos tipos de trabajo que puedes realizar con este tipo de horario. Desde el clásico empleo como camarero, a teleoperador o azafato de congresos.
- Trabajos sin jefe. Esta es una buena alternativa con muchas ventajas. Entre ellas, que te permite organizar tus horarios con libertad. Dentro de esta categoría están las clases particulares, el cuidado de otras personas y el paseo de mascotas.
- Por las noches. Esta es la alternativa que escogen muchas personas. Sin embargo, tiene algunas desventajas. La mayor de ellas es que dificulta el descanso porque altera los ritmos de sueño. Si lo combinas con el fin de semana o si tus clases son por la tarde te será más fácil de llevar. En esta categoría se cuentan los trabajos como recepcionista, camarero en un local de ocio nocturno o vigilante de seguridad.
Cómo elegir el trabajo que mejor se adapta a ti
Para poder elegir uno de los tipos de empleo que hemos visto más arriba es necesario que tengas también en cuenta otra serie de factores. Uno de ellos es el salario que percibirás. Debes tener muy claros los gastos que tienes y comprobar que con tu trabajo puedes cubrirlos.
También debes hacer un ejercicio de autoconocimiento y saber dónde están tus límites. Por ejemplo, si eres de los que no resisten bien el sueño, un empleo nocturno no es para ti.
Recuerda también que la nueva reforma laboral ha modificado los contratos en prácticas y que ahora hay dos modalidades. La primera tiene que ver con la formación dual y su duración máxima es de 12 meses para personas de no más de 30 años. La segunda es para la obtención de práctica profesional y se firma una vez finalizados los estudios. Su duración máxima también es de un año.