Los empleados que desean volver a su antiguo trabajo después de renunciar constituyen un fenómeno bastante común. Tanto que los expertos en recursos humanos le han puesto nombre: son los «empleados bumerán». Si te estás diciendo (o confesando) «Quiero volver a mi antiguo trabajo», debes saber que constituye una opción laboral viable y a veces hasta conveniente. Sin embargo, está claro que la situación es muy distinta a empezar en un trabajo nuevo. Te ofrecemos orientación sobre cómo tomar la decisión y afrontar el regreso.
Los empleados bumerán
En el actual mercado de trabajo no son pocas las personas que acaban arrepintiéndose de una dimisión, sea porque sus expectativas se ven defraudadas o porque descubren, por ejemplo, que han sobrestimado la importancia de un mejor salario. Cuando estas personas vuelven con su antigua empresa, se convierten en empleados bumerán. No es un fenómeno aislado. De hecho, ¿no intentan la mayoría de los trabajadores que cambian de trabajo mantener una buena relación con su antigua empresa? Siempre es mejor no quemar los puentes y dejar la puerta abierta a un posible regreso.
El empleado bumerán típico es aquel que, por una serie de razones, se sentó a escribir su carta de renuncia, pero luego percibió que había cometido un error. Si se arrepintió rápido, quizá pudo desdecirse: en muchos países la ley ofrece un plazo de tiempo para retirar la dimisión, aunque suele ser muy corto (en España, por ejemplo, son 15 días). Lo más habitual, sin embargo, es que transcurra más tiempo, meses o incluso años.
Sea como sea, dimitir y más tarde darse cuenta de que ha sido un error es algo bastante común. He aquí algunos escenarios frecuentes:
· El trabajador decidió dimitir en una situación de estrés o de forma irreflexiva.
· Dimitió debido a un desacuerdo con el empleador y luego se dio cuenta de que había reaccionado de forma exagerada.
· Dejó su puesto porque quería cambiar de rumbo profesional y encontró un nuevo trabajo con mejores expectativas (sueldo, distancia desde casa, perspectivas de promoción, relaciones con los compañeros, etc.). Sin embargo, estas expectativas se vieron defraudadas o no le hicieron un contrato indefinido después del periodo de prueba.
Ventajas para la empresa
«Quiero volver a mi trabajo anterior». A esta idea es normal que la acompañen un sinfín de dudas y temores: «¿Me aceptará mi antigua empresa?» «¿Debo considerarlo retroceso en mi carrera… y en mi vida?» «¿Qué pensarán de mí mis antiguos compañeros y mi exjefe o exjefa?».
En relación con la primera pregunta, la respuesta corta es sí. Y es que, según muchos expertos, para una empresa el regreso de un antiguo empleado en general representa algo positivo. Al fin y al cabo, está reabsorbiendo un recurso que ya conoce bien la empresa y su realidad, de modo que ahorrará en formación.
Además, la escasez de trabajadores cualificados puede hacer que, sencillamente, tu empresa no pueda permitirse el lujo de prescindir de buenos empleados, tanto menos si en el pasado ya demostraron su valía. Y si encima llegan fortalecidos por nuevas experiencias y conocimientos, en el mejor de los casos procedentes de la competencia. Las ventajas son evidentes.
En suma, si tú y tu empresa quedasteis en buenos términos y ha quedado un vacío en el equipo durante tu ausencia, ambos ganaréis con tu regreso.
Ventajas para el trabajador
¿Volver a mi antiguo trabajo después de renunciar? Suena cómodo, pero también suena un poco a fracaso o retroceso. Con todo, la impresión suele ser engañosa: la contratación bumerán puede ser una oportunidad.
Piensa, para empezar, que ya no eres la misma persona que antes: sea porque tienes más confianza en ti mismo, nuevas habilidades o has dado solución a un problema que te atormentaba en el antiguo trabajo. El caso es que nadie se baña dos veces en el mismo río, porque cambian las aguas y cambia también el bañista. Párate a pensar: ¿Qué experiencia adicional he adquirido? ¿Qué competencias he ampliado? Con este telón de fondo, vuelves más fuerte. Recuerda, también, que la misma experiencia es vale tanto si te presentas a una vacante de tu antigua empresa como a una nueva, porque las empresas te contratan para resolver un problema.
Por otro lado, vas a beneficiarte de la seguridad que conlleva saber dónde te estás metiendo. Ya conoces la empresa y su cultura, así que puedes reconstruir tu red más rápidamente, desarrollarte más deprisa y, por tanto, ser eficaz para la empresa con mayor rapidez.
Volver a tu antiguo trabajo a veces significa sentir vergüenza. Aunque personalmente hayas decidido que regresar es la decisión correcta, es posible que no puedas quitarse de encima la sensación de que tus colegas, tu familia o tus amigos ven en ello un fracaso. Volver a su antiguo empleador puede ser una decisión valiente. Trata de no dejarte desanimar por tu entorno o por las reacciones de tus compañeros de trabajo. Al final, se trata de tu satisfacción personal.
Qué hacer para volver a mi antiguo trabajo después de renunciar
Cambiar de trabajo es una decisión muy importante, tanto más si lo que estás considerando es la posibilidad de volver a uno antiguo. Por encima de todo, ahora es crucial tu motivación personal, el motivo por el que quieres volver a tu antiguo empleador. ¿Buscás sólo el espacio seguro, el área de confort de la que sientes que no debiste salir? Entonces quizá vayas a encontrarte de nuevo con problemas antiguos: si dejaste tu anterior trabajo por conflictos insolubles, sería «insano» volver. En suma: piénsatelo bien y sé consciente de tus motivos personales.
Si has tomado la decisión de volver a trabajar en tu antigua empresa, lo primero que debes hacer es abrir una conversación con tu exjefe o exjefa. O, lo que quizá sea menos incómodo para ti, con la última persona con la que hablaste en el departamento de Recursos Humanos. Una forma suave de hacerlo es escribir un correo electrónico y plantear de forma sincera la situación, evitando siempre actuar como si fueras un solicitante externo. Entonces puedes ofrecerte para realizar una llamada telefónica.
Es importante prepararse para explicar al exempleador, cuando llegue el momento adecuado, los motivos por los que quieres volver. Además, considera de antemano cómo justificarás el regreso ante el equipo, así evitarás en gran medida los cotilleos y las suposiciones.