Ha llegado el momento que tanto llevas esperando: por fin tienes una entrevista de trabajo y no puedes permitirte dejar nada al azar si quieres ser el candidato elegido. Pero para llegar a este objetivo, hay ciertos aspectos que debes analizar y preparar dedicándole tiempo y trabajo. En este artículo vamos a darte algunas ideas de qué es lo que debes hacer antes y durante esa entrevista de trabajo tan importante para ti como lo son investigar la empresa, las tareas del puesto en cuestión, las cuestiones que puede que el entrevistador te plantee y sus posibles respuestas y cómo debes enfrentarte a esa situación.
Análisis y acciones previas
Lo principal es saber qué empresa es la que te ha convocado para la entrevista (suele ser frecuente que nos hayamos inscrito a diferentes ofertas de empleo o que hayamos dejado nuestro currículum vitae en multitud de sitios). Una vez tengamos identificada la empresa, es necesario hacer un pequeño análisis sobre el tipo de empresa que es, cuáles son las funciones del puesto al que optas, los objetivos, o si conoces a alguien dentro de la organización. Demostrar que conoces la empresa durante la entrevista puede resultarte muy beneficioso.
Hay muchos tipos de entrevistas de trabajo y debes conocerlas para estar preparado para lo que te tengas que enfrentar. Así, puedes encontrarte con una entrevista individual (la más frecuente), una entrevista grupal, o una entrevista de panel (varios miembros de la empresa son los que te entrevistan). De igual modo, puede que encuentres con diversos formatos de entrevistas como una entrevista estructurada, no estructurada, mixta o de tensión. Analízalas todas para saber cómo afrontarlas.
Por otro lado, preparar con antelación las posibles preguntas que te puedan plantear durante la entrevista también puede ser un aspecto diferenciador y puede beneficiarte mucho si eres capaz de responder con fluidez y argumentando bien tus respuestas. Para esto te resultarán muy útil el artículo que publicamos recientemente Las mejores respuestas a las preguntas en una entrevista de trabajo.
La persona que te va a entrevistar probablemente sea o bien alguien del departamento de recursos humanos o bien el jefe del departamento o bien el gerente de la empresa. Si te es posible, averigua quién te va a entrevistar para poder revisar sus perfiles en redes sociales, su forma de expresarse, los contenidos que suele compartir… lo cual te dará más información sobre esa persona y te permitirá ir con un plus de seguridad a la entrevista. También es interesante que sigas y analices los perfiles sociales de la empresa.
Otro aspecto clave es conocerse muy bien a uno mismo, conocer tu propio currículum. No debes mostrar dudas a la hora de responder sobre aspectos que queden recogidos en tu cv, o aquellos vacíos que por diversos motivos hayas incluido (por ejemplo, periodos en los que no has trabajado o los motivos por los que abandonaste o te cesaron de un puesto). También es importante que lleves al menos una copia de tu currículum y de aquellos documentos que puedan ser relevantes como títulos y certificaciones, cartas de recomendación o un porfolio con tus mejores trabajos.
Llegó el gran día: la entrevista
Una vez llegue el día de la entrevista de trabajo, intenta no llegar tarde bajo ningún concepto. Planifica el viaje con antelación y desplázate con suficiente tiempo para que, en caso de surgir algún imprevisto, puedas llegar a la hora. Ve arreglado y limpio, sin ropa que llame la atención. El saludo inicial también es importante, un apretón de manos firme y mirando a los ojos del entrevistador es lo más adecuado. Tampoco hables en exceso, deja que sea él quien lidere la situación, céntrate en responder a lo que te pregunten, y evita las interrupciones. El lenguaje no verbal es muy importante en una entrevista, por eso debes cuidar tu lenguaje corporal y no ser excesivamente expresivo.
Puede ser de mucha ayuda que prepares previamente tu Elevator Pitch en el cual, brevemente, hagas una descripción sobre ti, tu trayectoria profesional, cuáles son tus principales aptitudes y fortalezas y, sobre todo, qué es lo que puedes aportar a la empresa o de qué modo puedes satisfacer sus necesidades.
También te resultará útil tener bien claras cuáles son tus principales dudas y que necesitas aclarar. Desde luego, no es adecuado que preguntes por horarios, vacaciones o sueldo. Si es preciso, será el propio entrevistador quien te informe sobre ello y, en caso de que te pregunte por tus expectativas salariales, ten claro cuáles son las condiciones que para ti serían las más deseables.
Virtudes que no se deben olvidar
Por último, pero no menos importante, recuerda ser sincero. Es mejor reconocer alguna carencia que mentir para después demostrar que no se posee ese conocimiento. Es mucho mejor que muestres una actitud positiva y predisposición a aprender lo que sea necesario para el puesto, y hacer hincapié en el interés en aprender y la capacidad para hacerlo de forma rápida.
Y, por supuesto, no olvides despedirte educadamente y dar las gracias porque te hayan convocado a la entrevista. Recuerda preguntar por el proceso de selección en sí, cuál será la siguiente etapa, ya que, si no, puedes desesperarte los días posteriores si no recibes noticias de tu entrevistador.
Si finalmente no resultas seleccionado, no te deprimas y tómatelo como parte del proceso de aprendizaje, el cual te ayudará a hacer una entrevista de diez la próxima vez.
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