La automatización del trabajo marcha a toda velocidad y ya resulta imparable. El último año de pandemia no ha hecho más que acelerar todo el proceso. Esta situación tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Más que inconvenientes, dramas, pues la pérdida de puestos de trabajo se multiplica cada día que pasa. Veamos más despacio todo este panorama. ¿Qué puedes hacer si estás en riesgo de perder tu empleo o en situación de desempleo y buscando trabajo? Sigue leyendo.
Automatización del trabajo: pros y contras
La automatización en el ámbito del trabajo no va a cesar, esto es algo que hay que asumir. Sin embargo sí se puede tratar de analizar, aunque sea de manera muy sencilla, cuáles son las consecuencias positivas y negativas de este hecho para tratar de encontrar soluciones.
Los efectos de la automatización para la economía
La economía de mercado ha salido claramente beneficiada con el crecimiento de la automatización. Puede que las empresas tengan que hacer una inversión inicial importante, pero la recuperarán con creces. A un robot no hay que pagarle un salario y tampoco exige que se cumpla el derecho laboral. Esto es importante porque las grandes compañías empezaban a ser castigadas por los stakeholders con los escándalos relacionados con la explotación laboral. Los consumidores han tomado conciencia y valoran los comportamientos éticos de las empresas. Una mala imagen de marca puede suponer una caída de las ventas. La automatización sería la solución.
Además, muchas tareas que hacen los humanos pueden realizarlas las máquinas con mayor productividad y de una manera más exhaustiva y eficiente. Se reducen los accidentes laborales y las bajas. Producen muchas más unidades. Son predecibles y perfectamente reemplazables. No se trata solo de complejos mecanos, robots o máquinas. Pensemos en que hay cantidad de software que ya está sustituyendo a personas en puestos de trabajo.
Consecuencias en el ámbito del trabajo
La principal consecuencia negativa asociada a la automatización es la destrucción masiva de puestos de trabajo. Sin embargo, esto solo es la punta del iceberg. El que haya menos empleo supone muchas veces que la jornada laboral se reduce. Quizá no desaparezca tu puesto, pero sí tardarás menos tiempo en realizar tus cometidos y puede que tu empresa solo te contrate unas horas al día. De esta forma, el trabajo se precariza.
En un futuro, es posible que nos veamos en la obligación de tener dos o tres empleos. Y no hace falta mirar a largo plazo, esto es algo que ya sucede. Por otro lado, los procesos automáticos están invadiendo también las tareas de gestión. En muchos casos no será tu jefe o jefa con quien tengas que discutir tus vacaciones. Un algoritmo insobornable será quien lo decida. Todo ello si se cumplen las peores previsiones, claro.
Sin embargo, no queremos incidir demasiado en los aspectos negativos. Es indudable que la automatización de procesos ayuda a generar tareas cada vez más complejas. Sobre estas, el talento humano puede desarrollarse y llegar a límites antes imposibles. Ya está sucediendo, pero no hay gente suficientemente cualificada para ocupar este tipo de puestos. De hecho, en el ámbito de la tecnología se está produciendo un gap importante entre el talento que demandan las empresas y las candidaturas que pueden presentarse. No se llega a cubrir la oferta de vacantes.
Los empleos con mayor riesgo de desaparecer
El área que sufre mayor automatización es la de la tecnología, que está en continuo crecimiento y redefinición. Sin embargo, el talento asociado a este sector también se actualiza permanentemente y no suele tener dificultades de adaptación o por la pérdida de empleo. Otras áreas especialmente afectadas sí soportan una destrucción de empleo más dramática porque no hay reemplazo humano. Se trata de la de finanzas y administración, así como la de logística.
En cuanto a la automatización mediante robots, en España el foco más importante es desde hace años el de la industria automovilística. En los últimos tiempos se extiende también a otros sectores, como el de la alimentación, la industria farmacéutica o la agricultura.
Muchas noticias asocian la pérdida de empleos a las distintas crisis. Sin embargo, los procesos de digitalización y automatización han sido determinantes y tienen mucho que ver con los despidos colectivos más sonados.
Más que con un tipo de puestos, el riesgo de desaparecer se asocia a determinado tipo de tareas. Todas aquellas que sean repetitivas o mecánicas son las primeras en la lista. Ahora bien, con el desarrollo de la inteligencia artificial y de otras tecnologías como blockchain, Internet de las cosas o la fabricación aditiva el riesgo se ha relacionado con tareas que no era tan previsible que desaparecieran. Por ejemplo, las asociadas a certificaciones y trámites que requieren una autenticación. O bien las vinculadas a atención al cliente, con la introducción de bots.
Así pues, lo más conveniente es mantenerse muy al día del sector en el que se trabaja y tratar de ver de qué manera se digitaliza. Esto te permitirá sacar conclusiones sobre si tus cometidos pueden ser sustituidos por una máquina o no.
Soluciones a la automatización de puestos
Se dice que los puestos con menor cualificación son los que mayor riesgo de desaparecer tienen. Sin embargo, esta es una afirmación demasiado general. Hay profesiones de alta cualificación, como la de notario o notaria, con un riesgo muy elevado de desaparición, mientras que otras, como el personal de limpieza y mantenimiento, se mantienen completamente estables.
La solución que se propone desde todos los frentes es la cualificación mediante la formación. De nuevo, una afirmación muy general. Por ejemplo, se habla de la importancia de adquirir competencias digitales. Esto es necesario, pero también sabemos que estos conocimientos pronto quedarán obsoletos. Es decir, si se sigue la senda tecnológica, hay que prepararse para llevar una vida laboral en continua actualización.
Otra forma de evitar o paliar los efectos de la automatización es encontrar qué sigue haciendo el ser humano de una manera excepcional que no puede llevar a cabo una máquina. Durante la pandemia se ha visto la importancia de las profesiones sanitarias, de las de cuidados, de la enseñanza o de los servicios esenciales, entre otras. A día de hoy, habilidades como la creatividad o la capacidad de comunicación siguen siendo muy difíciles de replicar por una máquina.
Investigar en tu sector, mantenerte al día y actualizar permanentemente tus conocimientos va a ser la actitud que más te asegure un puesto en el mercado laboral.