Hay varias formas de plantear un buen CV laboral. Una de ellas es el currículum funcional. Se trata de un formato no demasiado conocido pero que tiene muchas ventajas. Sobre todo si conoces su estructura a la perfección y sabes cuándo debes usarlo. Descubre aquí cuáles son sus principales características y cuál es la mejor ocasión para utilizarlo.
Definiendo qué es el currículum vitae funcional
Un currículum funcional es uno de los principales tipos de estructura que puedes emplear para reflejar tu candidatura. Está pensado para hacer sobresalir tus habilidades, tus aptitudes y los logros que has conseguido a lo largo de tu experiencia profesional. También podría considerársele como un CV temático.
En este sentido, no se focaliza en la cronología de tu trayectoria de estudios o laboral. Pero esto no significa que debas dejar de lado otros datos sobre tu formación y tu experiencia. Estos apartados estarán recogidos de otra forma siguiendo una estructura específica.
¿Cuándo debes usarlo?
El currículum vitae funcional es la mejor opción para aquellas personas sin experiencia laboral. O para quienes quieren cambiar su trayectoria o necesitan cambiar de rumbo y optan por una movilidad horizontal. Incluso para los que han tenido un período de inactividad, tanto por causas personales como de salud. Porque debes saber que tienes derecho a un año sabático en tu empresa si has estado en ella al menos un año.
También es adecuado utilizarlo si has tenido varios tipos de empleos muy diferentes entre sí a lo largo de tu trayectoria. De este modo no darás una imagen negativa de tu carrera profesional como si fuese errática, algo que a los departamentos de RRHH no les gusta ver en los currículums de los candidatos.
En los tres casos, este tipo de CV pone de relieve todo lo que puedes aportar a la empresa más allá de los puestos específicos que hayas ocupado. Es decir, podrás poner en valor tus competencias y hacer ver tu aptitud para la candidatura. Especialmente si no sabes qué poner en el CV en experiencia laboral si la tienes.
¿Cuál es su estructura?
Como el currículum vitae funcional no es cronológico, no podrás usar el formato tradicional. Su estructura es diversa y se basa en agrupar las habilidades y las competencias que has adquirido a lo largo del tiempo. Incluso durante tu etapa de formación.
Una cosa en la que sí coincide con otros tipos de currículums es que lo primero que debe aparecer son tus datos personales y de contacto. El resto de la información relevante debe seguir una organización muy concreta.
El perfil profesional
Después de tus datos personales, lo siguiente que debe aparecer es tu perfil profesional. Recuerda que deberás adaptarlo a la oferta concreta para la que presentas tu candidatura. Esta es la sección en la que más debes empeñarte.
Comienza con unas breves líneas para presentarte a ti mismo como profesional. Indica tus objetivos y los logros más importantes que has conseguido y que te harán alcanzar esos objetivos en la empresa. Señala también los motivos por los que quieres formar parte de su equipo y cómo puedes contribuir al éxito de la compañía.
Trata de utilizar palabras clave que enlacen tu perfil con las características que la empresa busca en los candidatos. De este modo, si la compañía usa algún software de preselección, tu CV podrá entrar en el grupo de seleccionados.
Las habilidades, competencias y logros específicos
Después de la sección anterior deberás indicar, por orden de importancia, tus habilidades, aptitudes y logros. Siempre relacionados con el puesto al que presentas tu candidatura. Y siempre de forma esquemática. Ayúdate informándote primero sobre los requisitos del puesto y sobre las características de la compañía.
Bajo cada uno de estos epígrafes, señala los puestos o la formación a través de los cuales has desarrollado estas capacidades.
La sección sobre tus logros profesionales debe agrupar y referir a las anteriores de habilidades y aptitudes. De este modo haces ver que el talento que aportas a la empresa con datos concretos y objetivos. Por ejemplo, si una de tus habilidades es el trabajo en equipo, quizá uno de tus logros haya sido la formación de nuevos miembros o el aumento de la productividad del grupo a tu cargo.
Formación y experiencia
Los estudios que hayas cursado y la experiencia que hayas tenido no pueden faltar en un currículum vitae funcional.
En esta última sección indica primero tu experiencia laboral. Pero hazlo de forma muy esquemática y siguiendo este orden: puesto, empresa y fechas de inicio y fin.
Finalmente, incluye el apartado de formación, también de modo muy esquemático. Comienza con la formación reglada, FP o estudios superiores. Después indica los cursos, másteres o posgrados que hayas realizado, pero solo si están relacionados con tus competencias o si son relevantes para el puesto. Finaliza esta sección con tus conocimientos de idiomas y de informática.
Los pros y contras de este tipo de currículum
Como nada en la vida es perfecto, tampoco lo es el currículum funcional.
Las ventajas que aporta este tipo de formato es que te permite incidir en tu valor como profesional más allá de la experiencia específica en un puesto concreto. En este sentido, haces ver a los reclutadores los motivos por los que merece la pena que te incorporen a su equipo y por qué eres el candidato o candidata ideal.
La desventaja que tienen es que, en muchos casos, los departamentos de recursos humanos siguen buscando profesionales especializados en un sector específico. Así que si no tienes experiencia en él, no será tan fácil que consideren tu candidatura. En este sentido, y especialmente en nuestro país, este tipo de currículums aún son vistos como una estrategia del candidato para esconder algo.
Otra desventaja es que los software de preselección de candidatos no están adaptados a la estructura de este formato de currículum. Se trata de programas informáticos que usan sobre todo las grandes empresas para ahorrar trabajo a RRHH. Pero como ya hemos visto, si usas palabras clave podrás evitar este problema en muchos casos. Más aún si escribes una carta de presentación insuperable.