Optimizar los recursos humanos y ahorrar en tiempo, costes y energía en los procesos de selección pasa por diseñar planes de formación continua. Si antes de la pandemia era aconsejable, ahora es un must para aquellas empresas que quieran crecer y destacar por su resiliencia. Para ello, debes distinguir entre el reskilling y el upskilling. Cada trabajador estará motivado y comprometido con la cultura empresarial si ve cómo su compañía le ayuda a evolucionar y mejorar con la adquisición de nuevas competencias. Te decimos cómo ponerlo en práctica.
Implementa el reskilling
En ocasiones, en el lenguaje empresarial se abusa de los anglicismos, es decir, términos que en inglés tienen un sentido pero que al incorporarlos al español empiezan a confundirse. Es el caso del reskilling y el upskilling. En primer lugar, una posible definición de reskilling puede ser esta: “proceso de aprender nuevas habilidades para poder hacer un trabajo diferente”. Este método conocido también como reciclaje profesional pone el acento en el “re” pues es un giro del timón, una re-orientación en la carrera profesional, que no solo actualiza el perfil, sino cuyo aprendizaje dota de nuevas capacidades al empleado, incrementando su motivación.
Gracias al reskilling el talento se hace versátil, pues responde a necesidades específicas de la compañía y del momento, como las surgidas con la pandemia. Este reciclaje laboral ofrece a la plantilla mayor adaptación, flexibilidad y movilidad. Algunos informes lanzan datos sorprendentes, como el del World Economic Forum, que afirma que la infancia que está estudiando ahora en educación primaria trabajará cuando sean adultos en empleos que aún no existen.
Algunas empresas ya han implementado sesiones de microaprendizajes con pequeñas cápsulas de información para evitar la disminución de la productividad mientras dura el proceso de reskilling insertado en la jornada laboral. Otra posibilidad que también está demostrando grandes resultados es la de proponer sesiones de “almuerzo y aprendizaje”, que capacitan a la plantilla en los descansos para comer.
Innova con el upskilling
El upskilling está más vinculado a la innovación y actualización de perfiles profesionales, es decir, se trata de enseñar nuevas competencias a un trabajador para optimizar su desempeño. Este tipo de formación favorece la empleabilidad mediante el aprendizaje continuo. Hace décadas ya que la UNESCO defiende el “aprender a aprender” como un claim pedagógico, sin embargo, la constante actualización es cada día más requerida teniendo en cuenta la digitalización masiva y el desarrollo tecnológico actual.
La transformación digital acelerada por la crisis pandémica ha situado a la alza conocimientos y hard skills vinculadas al big data, las IA y la gestión analítica de datos. Los informes apuntan a vacíos en la fuerza laboral en estos sectores. Para retener el talento vinculado a estas disciplinas cada vez es más importante ofrecer a los trabajadores programas de upskilling que actualicen su profesión. La realidad es un mercado volátil caracterizado por entornos BANI, acrónimo de las siglas en inglés Brittle, Anxious, Nonlinear, e Incomprehensible, es decir, la siguiente vuelta de tuerca a los entornos VUCAH que demandan de los trabajadores una vertiginosa y contemporánea revisión de conocimientos y adquisición de nuevas competencias.
En aras de aprovechar al máximo las horas dedicadas al upskilling es recomendable incluirlas en la jornada laboral. Una estrategia que funciona es la de fomentar la participación de los trabajadores para que evalúen y elijan ellos mismos los aprendizajes que necesitan y que pueden programarse en planes de desarrollo personal. Estos itinerarios deben incluir tanto las hard skills como las soft skills, pues no se trata de replicar robots con forma humana sino todo lo contrario. El objetivo es limitar la sustitución de los recursos humanos por la automatización mejorando los perfiles laborales y haciéndolos más competitivos.
Beneficios del reskilling y el upskilling
La situación del mercado laboral y el empleo en la actualidad requieren de estas dos metodologías dentro de los programas de formación empresarial. Algunos de sus beneficios destacados, tanto para las empresas como para los empleados, son:
- Combaten la brecha digital en el interior de la compañía.
- Reducen los procesos de selección y, por tanto, los periodos de adaptación, menos productivos.
- Aumentan el engagement, atraen y retienen el talento.
- Mejoran la reputación corporativa.
- Contribuyen a un incremento salarial para los trabajadores.
- Favorecen la realización y superación personal.
Estas ventajas del aprendizaje continuo están relacionadas con afirmaciones de la pedagogía más innovadora que sirven de guía en la implantación de los programas formativos. Por ejemplo, está demostrado que no hay aprendizaje verdadero si no se establece una nueva conexión neuronal. Lo que significa que para que los trabajadores integren los nuevos conceptos o competencias tienen que “hacer” o “producir”. Desde la empresa, deberá ir asociado a la formación un plan de puesta en acción o prácticas.
El ser humano aprende mediante la experimentación, por eso en el entorno laboral tiene que haber espacios seguros para aprender sin que los errores impacten negativamente en la compañía. En relación con esto, tampoco hay que perder de vista las distintas inteligencias, es decir, cada trabajador parte de unas condiciones en potencia y aprovechando de manera inclusiva las diferencias del equipo, se enriquece el proyecto, se fomenta el compañerismo y se aumenta la motivación.
Compartir saberes y mentoring
Previamente a la implantación de estos planes de formación, debes evaluar la situación concreta de la compañía para asignar de manera coherente los programas de reskilling o de upskilling. Algunos trabajadores necesitarán actualizar sus competencias y otros reorientar su trayectoria laboral. Habrá que tomar, además, decisiones como:
- Si es mejor aplicar un programa individual o grupal.
- Si lo desarrolla de manera interna la organización o contrata a otra empresa especializada.
- Cuáles son las metodologías pertinentes según el programa: cursos online, tutorías individualizadas o sesiones de capacitación, por ejemplo.
A la hora de diseñar los planes formativos de la empresa es importante tener en cuenta estos dos conceptos para reciclar a trabajadores que llevan tiempo en la empresa o para capacitarlos en nuevas tareas. Puedes aprovechar el aprendizaje mutuo incluyendo en la formación un intercambio de saberes entre los perfiles más jóvenes con skills tecnológicas y los senior que conocen el sector, el mercado y la cultura de la organización.
Un programa de mentoring cruzado de manera transversal con el reskilling y el upskilling optimizará la transición hacia una empresa resiliente en la era de la transformación digital.