La trayectoria profesional puede dar muchos giros. Pocas veces es homogénea y, en unos casos más que en otros, se producen altibajos que pueden deslucir el perfil profesional. ¿Estás en esta situación? Si te encuentras en plena campaña de búsqueda de empleo, todas las mejoras que hagas sobre tu CV te acercarán más al puesto que deseas. Te aconsejamos cómo puedes encauzar la experiencia laboral de tu CV para que pase más inadvertido lo que no te gusta o bien lo reconviertas en un aspecto positivo.
¿Debo incluir una mentira en el CV?
La respuesta a esta cuestión es rotundamente clara: no, no deberías. Puede que consigas posicionarte mejor en un proceso de selección, pero cuenta con que muchas veces, si una candidatura interesa, se investiga para comprobar los datos. Esto es especialmente relevante en las profesiones regladas, como las sanitarias o las docentes, que siempre te van a requerir que presentes determinada documentación que acredite la cualificación necesaria para ejercer. Sin embargo, hay muchas profesiones para las que este trámite no es necesario. En estos casos, la responsabilidad de la empresa es comprobar si cuentas con las virtudes que dices que posees y algunas realmente se toman en serio este paso antes de formalizar la contratación.
En cualquier caso, imagina que consigues “engañar” a la empresa y entras a formar parte de su plantilla. El haber mentido en el CV en un aspecto esencial para el desempeño del puesto es un disparador que se puede activar en el momento menos pensado. Se trata de una acción sobre la que tú no posees ningún control. Alguien de tu gremio o de tu sector que tenga contacto con tu empresa podría señalar el engaño. También puede que tú mismo evidencies que has mentido, como en el caso de decir que posees más dominio de un idioma del real. Estas son situaciones que despiertan la desconfianza de tus empleadores. Tu carrera dentro de la compañía puede llegar a complicarse tanto que podrías hasta perder el puesto. E incluso se justificaría un despido procedente, depende de la dimensión de la mentira y cómo afecte a los intereses de la compañía.
Encauzar la experiencia real sin faltar a la verdad
No hablemos pues de mentir, sino de disfrazar. En muchos casos estos conceptos son sinónimos, pero vamos a centrarnos en cuando no lo son. Es decir, imagina que un puesto requiere experiencia en llevar equipos. Tú has coordinado a personas en una labor de voluntariado o en una afición, un deporte… En tu candidatura aseguras que cumples con el requisito pero no especificas que no es en un entorno profesional. Eso sería un disfraz y, además, una mentira. Lo que nosotros te proponemos es que destaques esa experiencia y la pongas en valor como un dato a tener en cuenta. La incluirías dentro del apartado de tu CV “Habilidades y capacidades” como “Gestión de equipos” y añades un par de líneas especificando en qué entorno has desarrollado esa capacidad.
Esta es una forma de encauzar los aspectos que te interesa que más destaquen de tu candidatura. Y sería también una manera ideal de orientar todas esas experiencias que, en principio, no tienen que ver con la profesión para la que estás postulando. Imagina que optas a un puesto ejecutivo de cuentas. En principio, no tiene nada que ver con tu experiencia como camarera o camarero; sin embargo, puedes poner en valor esta práctica para refrendar tu buen trato con el cliente y el estar pendiente de sus necesidades.
Si no suma a tu currículum, puede que reste
Un CV no debería ocupar más de una página; dos a lo sumo y porque realmente tengas una experiencia tan extensa que lo justifique. Los empleadores son como cualquier ser humano: tienden a optimizar su tiempo de trabajo. Están acostumbrados a separar el grano de la paja y agradecen mucho cuando ese trabajo ya les viene dado. Un currículum donde todo el texto que contiene está puesto con sentido destaca ya solo por ese motivo.
Lo que hablamos en puntos anteriores tiene solo la intención de reforzar tu candidatura. Si cuentas con 10 años de experiencia como product manager, no es necesario que digas que liderabas en un deporte de equipo. Cada línea de tu perfil laboral debe está ahí por algo. El objetivo de este documento es demostrar tu validez ante un puesto. Así pues, lo normal es adaptarlo a cada vacante que te presentes. Modificarlo antes de enviarlo te va a dar la oportunidad de mejorarlo cada vez más y que, al final, cada palabra tenga su razón de ser en el CV.
Cómo enfrentarse a la entrevista de trabajo
Imagina que has conseguido integrar todas esas experiencias que más deslucían tu candidatura, pero que era necesario poner, de una manera que te satisface. Lo has hecho tranquilamente en tu casa, sin ningún tipo de supervisión y dándote todo el tiempo que has necesitado. Te han seleccionado para la siguiente fase y ahora quieren entrevistarse contigo. Ha llegado el momento de la verdad. ¿Cómo vas a enfrentarte a las preguntas incómodas con inmediatez y resolución? ¿Saldrás airoso o airosa o sientes que vas a meter la pata y eso que no quieres que destaque va a convertirse precisamente en algo que sobresalga?
Como actitud general, podemos recomendarte que hables con entusiasmo de lo que mejor te define como profesional y que pases más de puntillas por los aspectos menos brillantes. Pero no los evites, enfrentarse a una situación incómoda y salir de ella puede hacer que sumes muchos puntos. Por otro lado, si estás tratando de evitar una determinada pregunta, vas a mostrar tu tensión por la incertidumbre de que surja en el momento más inesperado. ¿Y si lo hace? De nada sirve preocuparse. Lo mejor es prever una acción que reduzca el impacto si sucede aquello que te preocupa.
En definitiva, se trata de que acudas al encuentro, virtual o presencial, con la tranquilidad y la seguridad de que todo lo que has dicho sobre tu candidatura se sostiene. Y también lo que no has dicho. Prevé contestaciones a posibles preguntas incómodas que puedan derivarse de la lectura de tu CV.