Daniel Augereau fundó Synergie en 1969 y ha creado un grupo de contratación y de trabajo temporal establecido en 17 países.
Entrevista realizada por el periódico francés “LE FIGARO”:
LE FIGARO. – Synergie se ha afianzado en China en enero. ¿Ha sido este un paso importante?
Daniel AUGEREAU. – Es un desarrollo lógico dentro de nuestra política de expansión internacional. Esto comenzó a principios del año 2.000, siguiendo un patrón bastante tradicional. Siguiendo la petición de un cliente, lo acompañamos al extranjero para hacerle seguimiento y ayudarlo a gestionar su reclutamiento.
En el caso de China, la oportunidad se presentó cuando el grupo aeronáutico Daher decidió establecerse allí. Nuestra llegada a Quingdao en la provincia de Shandong y con 80 millones de habitantes, fue guiada por dos personas, una pareja franco-china, a quienes conozco desde hace mucho tiempo y que viven allí. Actualmente está en proceso de inicio y estamos trabajando en el diseño de las oficinas.
Por otro lado, todavía no está presente en los Estados Unidos, otro mercado importante. ¿Por qué?
Siempre he avanzado con precaución, paso a paso y de acuerdo con las necesidades de nuestros clientes. Synergie ya tiene alrededor del 55% de su negocio fuera de Francia.
Cuando fundé la compañía hace casi medio siglo, bajo el nombre de Europe Technique Assistance seguía siendo la Europa de los Seis. Pero pensé que el trabajo temporal era una profesión del futuro y que las economías se globalizarían, conduciéndonos gradualmente hacia una mayor movilidad y flexibilidad en el trabajo. Cuando Synergie cruzó la frontera por primera vez, alcanzamos una facturación de casi 600 millones de euros, de los cuales 31 millones de euros procedían de fuera de Francia. En 2018, el grupo alcanzó una facturación de 2.500 millones de euros.
¿Cómo mantiene la cohesión del grupo presente hoy en 17 países?
Me reúno con los directores de las 17 filiales tres veces al año, cada vez en un país diferente. Cada uno expone sus creaciones, ambiciones, logros para que otros puedan inspirarse y beneficiarse de ello. Si son directores autónomos, cada uno en su filial, es esta autonomía la que comparten juntamente con la dirección del grupo y con sus compañeros.
¿Y esto funciona de la forma que usted quiere?
Sí, por ejemplo, si nuestra filial australiana está buscando ingenieros para la industria minera o la industria petrolífera marina, podrán encontrar candidatos de habla inglesa con la ayuda de la filial británica. Para reforzar este sentimiento de pertenencia a un grupo, Synergie adoptó el estatus de empresa europea en 2016.
Usted ha introducido Synergie en la Bolsa. ¿Quién dictó esta elección?
Synergie se inscribió en la Bolsa en el año 1984, con un capital flotante del 30% del capital. Pero yo nunca había recurrido al mercado de valores. El inicio en Bolsa surgió únicamente por motivos de imagen, para que Synergie fuese reconocida por los principales líderes mundiales que también figuran en las listas. Esto a veces es muy restrictivo, pero nuestros clientes y empleados también aprecian el rigor y la transparencia de los mercados.
Usted es un hombre autodidacta. ¿Esto influye en vuestra forma de dirigir?
Más concretamente, tengo un certificado profesional en diseño industrial. Me atreví y aprendí en el trabajo, a medida que avanzaba. Comprendí rápidamente que la primera cualidad de un gerente es saber cómo rodearse y de saber entrenar a sus equipos. A los 20 años, trabajé en una compañía que había ganado el contrato de instalaciones de aire acondicionado, Aires Acondicionados “Carrier de la gare Montparnasse”. Como sabía leer los planos, me nombraron líder del equipo. Probablemente es cuando sentí que tenía esta fibra. ¡Me gustó! Pero también debes querer a tus colaboradores para que ellos quieran seguirte allí dónde tú quieras llevarlos. Una vez que una persona ha sido reclutada, se le asignan objetivos, misiones y debes confiar en ella. Esta es la condición para que adquieran habilidades y talento. Prefiero las personas que los ratios. No voy a discutir si el objetivo no se respeta al pie de la letra. Lo que me interesa es el resultado general y el espíritu de compartir. Desde la creación de Synergie, me aseguré de crear lazos de confianza para que las personas pudieran trabajar juntas.
DANIEL AUGEREAU: “Prefiero las personas que los ratios”
También ha tenido una carrera como funcionario regional electo (RPR luego UMP), ¿es realmente posible compartir entre política y negocios sin sacrificar uno u otro?
Durante veinticuatro años, fui consejero regional de Pays de la Loire. Pasaba cuatro días a la semana “sobre el terreno” en la empresa y el resto del tiempo en la región como vicepresidente y ponente general del presupuesto. A menudo me dijeron que por culpa de esto podría interferir con mis actividades profesionales. Nunca he perdido a un cliente por mi compromiso político.
¿Aconsejaría a otros gerentes a hacer lo mismo?
Todos deberían estar interesados en la política, especialmente los directores de empresas. Esto ayuda a comprender cómo se toman las decisiones que frenan o amplifican la acción diaria. Es muy fácil decirlo después de una elección: “¡Ya es suficiente!”, mientras nos abstuvimos. Lamento que no haya más líderes empresariales comprometidos a transmitir su mensaje.
¿Por ejemplo?
El Departamento de Educación Nacional se ha limitado al diploma que certifica un logro, pero no necesariamente una práctica. En la industria del reclutamiento, durante más de veinte años, hemos sabido que todas las personas, incluso si no tienen el diploma esperado para un puesto en particular, tienen habilidades y capacidades. Es este know-how que debe ser detectado.
¿Cómo ve a Synergie en diez años?
Synergie siempre será una gran compañía, conmigo o sin mí.
¿Qué personalidad le ha inspirado?
Tuve un gran maestro: Olivier Guichard. Era un hombre de Estado, un hombre con visión de futuro. Nos reuníamos una vez a la semana en Nantes o en París.
Nos conocimos en el 1986, año en que se celebraron al mismo tiempo las elecciones regionales y legislativas. Para las elecciones legislativas, François Mitterrand quería un voto proporcional departamental en una sola ronda para debilitar a la derecha.
Olivier Guichard (barón de Gaullismo y RPR, NDLR) dirigió las dos listas: una para las regionales en el Pays de la Loire, la otra para las legislativas en Loire-Atlantique. Me pidió que estuviera en la segunda. Me negué: sabía que no tendría tiempo para dedicarme por completo a ese mandato y el ausentismo no es mi premisa. Sin embargo, acepté postularme para el consejo regional porque se trataba principalmente de desarrollo económico y formación. Le dije: “De política no sé nada al respecto, deberá usted enseñarme”.
Fui miembro de la región durante veinticuatro años.