El perfil de los nutricionistas en el sector de la alimentación está en auge y ofrece muy buenas perspectivas de futuro en el plano profesional. De hecho, es una magnífica opción para que quienes acceden al mercado laboral por primera vez desarrollen su carrera profesional en este sector. Ello se debe a dos motivos principales.
En primer lugar, la alimentación es una de las mayores preocupaciones de la sociedad española. No solo por la necesidad de seguir una dieta saludable, sino también por las consecuencias éticas y medioambientales que esta conlleva. No en vano, es uno de los pilares de la Agenda 2030 y de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de los que tanto oímos hablar. En concreto, una de las finalidades del Objetivo 2 es «poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria y la mejora de la nutrición, y promover la agricultura sostenible». Esto supone reconocer la importancia de la nutrición y, por lo tanto, del nutricionista.
Y, en segundo lugar, en el sector alimentario hay constantes cambios legislativos, tanto en materia de seguridad como de etiquetaje o calidad. Esto provoca que este sea un ámbito necesitado de especial supervisión y asesoramiento. Por ello, cada vez más empresas del sector de la alimentación requieren trabajadores especializados. Sobre todo aquellas especializadas en productos biológicos y ecológicos. De hecho, muchas ya cuentan con su propio departamento de I+D+i para responder eficazmente a las nuevas demandas del mercado.
Esta profesión llega a tener tanta repercusión hoy día que puedes encontrar influencers reconocidos, como pueden ser Aitor Sánchez y Boticaria García. Se trata de nutricionistas que asesoran al gran público en el sector de la alimentación. Esta es una dedicación más que puedes plantearte como complemento a tu desarrollo profesional.
¿Qué es un nutricionista?
Olvídate de la ya anticuada idea de que un nutricionista es quien se limita a sacar una hoja del primer cajón. Esa que contiene un modelo de «dieta», que además es la misma para el hipertenso que para quien quiere bajar de peso. No, el nutricionista hace mucho más que eso: es el profesional sanitario experto en alimentación, nutrición y dietética.
Se encarga del tratamiento nutricional-dietético de enfermedades. De su diagnóstico y de su prevención. Además, interviene en la gestión del control de calidad y seguridad alimentaria. Y también en el diseño y la planificación de menús adaptados a determinadas patologías. De ahí que su ámbito de actuación se desarrolle en hospitales, comedores escolares o residencias de ancianos.
Y, como explicaremos a continuación, el nutricionista puede convertirse en una pieza clave de la industria alimentaria.
¿Qué tareas afronta en su día a día?
Como habrás podido comprobar, nos hallamos ante un perfil muy versátil que actúa en diferentes áreas. Aquí nos vamos a centrar en el trabajo del nutricionista en la industria alimentaria. Este probablemente es el perfil menos conocido y su demanda está en alza.
Los nutricionistas en la industria alimentaria asesoran a empresas y laboratorios del sector. Tanto en materia de innovación como en lo relativo al desarrollo de producto. También pueden aconsejar a otros departamentos de la empresa. Por ejemplo, al de marketing o comunicación para ayudar en la promoción de un determinado producto. O en la manera de transmitir el mensaje adecuado a los consumidores. Por supuesto, también se pueden encargar de formar al resto de trabajadores de la empresa en asuntos relacionados con la alimentación. Esto se puede hacer mediante seminarios o con una formación continuada.
Estudios y formación para convertirse en nutricionista
La Ley n.º 44/2003, de 21 de noviembre, de profesiones sanitarias, establece que los Graduados en Nutrición Humana y Dietética son quienes desarrollan actividades orientadas a la alimentación de la persona o de grupos de personas, adecuadas a las necesidades fisiológicas y, en su caso, patológicas de las mismas, y de acuerdo con los principios de prevención y salud pública. Por lo tanto, estrictamente hablando, solo ellos pueden denominarse nutricionistas. Se trata de una profesión regulada.
No obstante, la realidad siempre es más compleja y esta no es la única titulación que capacita para trabajar en el sector. Asimismo, existen otros grados que pueden ser útiles:
- Grado en Ciencia y Tecnología de los Alimentos. Está enfocado a la elaboración y conservación de alimentos, la calidad y seguridad alimentaria, y el marketing alimentario.
- Grado en Ingeniería Agroalimentaria y del Medio Rural. Estos profesionales se especializan en la gestión de la producción y distribución de los alimentos para la producción agrícola y ganadera. Los graduados también se especializan en la organización y la gestión de empresas agrarias, la planificación y el desarrollo rural y la implantación de infraestructuras agrarias. Todo ello, además, teniendo en cuenta su relación directa con el medio ambiente.
- Existen varias formaciones de FP relacionadas:
- Título Profesional Básico en Industrias Alimentarias. La competencia general del título consiste en recepcionar, preparar y procesar materias primas y auxiliares para la producción en industrias alimentarías y químicas.
- Técnico Superior en Procesos y Calidad en la Industria Alimentaria. La competencia general del título consiste en gestionar una unidad o sección de la industria alimentaria. Así, los técnicos programan, preparan y supervisan los recursos materiales y humanos disponibles.
Habilidades blandas que se requieren
- El campo de la salud y de la nutrición es un tema que toca muchas sensibilidades. Además, como en la mayoría de las profesiones sanitarias y de atención médica, requiere una gran empatía.
- La segunda habilidad más importante que se necesita es una capacidad de comunicación clara y efectiva. Asípodrá trasladar su mensaje de manera inequívoca.
- La capacidad de trabajar en equipo es muy importante, ya que el nutricionista suele colaborar con otros profesionales (o incluso con otros departamentos).
- A la anterior, le añadimos la habilidad de comunicación. De esta manera, tendremos un perfil sólido que actuará como engranaje entre diversos departamentos.
- Como última habilidad importante, hay que destacar las ganas de estar actualizado y aprender. Es un sector tan dinámico e incierto que conviene formarse de manera continua. Y además hay que estar al tanto de los cambios a medida que se produzcan. La actualización es importante tanto a nivel administrativo-legislativo como en lo relativo a las tendencias que reclaman los consumidores.