La posibilidad de estar conectado 24/7 gracias a las redes sociales o aplicaciones online tiene grandes ventajas, pero también entraña importantes riesgos. Por ejemplo, sentir miedo a perderse algo por no estar conectado o, como lo llaman los anglosajones, fear of missing out (FOMO).
Hasta hace poco esto solo ocurría en el ámbito de las relaciones sociales, donde nace este concepto, pero el miedo a estar desconectado empieza a trascender el ámbito de lo personal y aterriza en el mundo laboral debido al auge del teletrabajo y de la economía de plataformas. La ansiedad por no estar conectado, por FOMO, va en aumento porque para muchos estar offline tiene consecuencias para el bolsillo.
Hacer encargos pasa de ocasional a full time
Son muchas las personas que han encontrado la oportunidad de tener ingresos a través de las llamadas plataformas de encargos. Pero, lo que empezó como algo a lo que recurrir ocasionalmente o como una forma más de ganarse un extra se ha convertido en trabajo a full time para mucha gente. Fue una tabla de salvación para muchos parados en la crisis del 2008 y se ha mantenido e incrementado con la nueva ocasionada por la COVID-19.
Este rápido crecimiento ha supuesto que la regularización sobre las condiciones laborales de quien desempeña estos pequeños encargos se esté produciendo sobre la marcha. La organización de los propios trabajadores reclamando una mayor protección frente a los riesgos que se derivan de este tipo de trabajo ha provocado que las distintas administraciones y organismos se pongan manos a la obra para dotar de leyes, directivas y sentar jurisprudencia en algunos casos paradigmáticos como los riders.
Cuando es un algoritmo el que organiza tu trabajo
Mientras tanto los efectos ya se han hecho notar debido a la forma de asignar encargos que emplean las plataformas. El funcionamiento de estas aplicaciones está basado en criterios que valoran la calidad del servicio. Cuanta mejor valoración tenga un repartidor, una redactora, un traductor, oficios habituales en estas plataformas, más posibilidades tiene de que el algoritmo le premie. Premiar significa tener la posibilidad de acceder a un mayor número de encargos.
Otro de los criterios que tiene en cuenta el algoritmo es la disponibilidad. En la medida en la que se acepten encargos, dentro del horario que establece la persona que presta el servicio, más premiado se verá por el algoritmo. Por el contrario, el rechazo de trabajos hará que baje la valoración y ese perfil tendrá menos oportunidades.
Miedo a no estar conectado y perder oportunidades de ingresos
La competencia por conseguir tareas, encargos, es dura. La ganancia se encuentra en hacer el mayor número de encargos en el menor tiempo posible ya que el precio por encargo es pequeño. Estar offline o desconectado en tu horario porque estás enfermo, por ejemplo, hará que tu valoración baje y la probabilidad de obtener ingresos ese mes sea menor. Conseguir una estabilidad en los ingresos pasa por estar siempre disponible. No estarlo genera FOMO, fear of missing out.
El teletrabajo es otra de las causas de FOMO dentro del mundo laboral. La posibilidad de estar conectado todo el día a través de los distintos dispositivos provoca en determinadas posiciones un continuo chequear email por si ha entrado trabajo y, por tanto, una fuente importante de estrés.
Este síndrome puede aparecer también provocado por las incesantes notificaciones de los grupos de Whatsapp que surgieron para dar soporte al teletrabajo sobrevenido por el confinamiento en los primeros meses de la pandemia. Y que en muchos casos continúan. Ajustar metodologías, problemas informáticos, organización y coordinación tuvieron que hacerse por esta vía con el añadido de las consabidas videollamadas. Estar pendiente de estos grupos de Whatsapp o de reuniones fuera de horario ha sido la tónica general. El aislamiento que conlleva el teletrabajo junto con la permanente conectividad ha provocado en muchas personas el efecto FOMO, querer estar siempre conectado para combatir el aislamiento y no perder ninguna oportunidad por la falta de presencia física.
¿Cómo hacer frente al FOMO?
El deslumbramiento de las tecnologías, la hiperconectividad, el aislamiento del entorno laboral al que ha obligado la pandemia y el espectacular crecimiento de la economía de plataformas, con sus dinámicas mediante algoritmos que regulan los flujos de trabajo, están provocando que la ansiedad por la desconexión se convierta en uno de los principales riesgos para la salud.
Para proteger a los trabajadores en estos entornos se han elaborado leyes que incorporan el derecho a la desconexión. También directivas como la aprobada en 2019 por el Parlamento Europeo, que garantiza determinados derechos de los trabajadores de plataformas. Según esta directiva, que tendrá que estar implementada en todos los países de la UE en 2022, será de obligado cumplimiento que las empresas proporcionen determinada información, como saber con una antelación mínima horarios y días en los que se prestará el servicio. También se podrán rechazar, sin tener consecuencias, los encargos fuera de estos horarios o que se compense si no se ha anulado a tiempo un encargo.
Algunas ideas para controlar el FOMO
Como respuesta individual a este tipo de síndrome es recomendable establecer límites en cuanto al acceso a estas aplicaciones permanentemente conectadas. Puede hacerse configurando las prioridades en las notificaciones que recibimos en nuestros dispositivos y que sean solo las inevitables las que tengan una alerta.
Al igual que ocurre con la respuesta out of office de los emails, es una buena práctica fijar un horario en el que se responderá a las consultas y peticiones en lugar de hacerlo en cualquier momento. Es importante que esto sea de conocimiento público. Una forma sencilla de resolverlo es creando una respuesta automática con el horario de atención. En este sentido también es interesante que en las aplicaciones se facilite un histórico del contenido al que poder recurrir más tarde si no se ha estado conectado. Esto evitará la sensación de haberse perdido algo importante y tener la posibilidad de decidir sobre los tiempos de conexión.