Puede que entre las fiestas y las vacaciones de Navidad a algunos se les pase pensar qué ocurre tras esta época. Pasar de unas fechas llenas de color, ambiente festivo y reuniones a un invierno con frío y sin celebraciones es, a veces, difícil de asimilar. De entre las numerosas opciones a tu alcance, las formaciones para mejorar el bienestar de la plantilla son una alternativa que puede ayudarte a afrontar el Blue Monday. Si te has planteado en qué puede afectar esta vuelta a la normalidad en tu equipo, en el artículo de hoy te lo explicamos al detalle.
¿Qué es el Blue Monday? ¿Por qué se llama así?
El conocido como Blue Monday o “lunes azul” tiene una base más concreta de la que puedas imaginar. En el idioma anglosajón, blue no es solo un color, sino la base de un sentimiento de tristeza, nostalgia o apatía. Esta expresión está influenciada en gran medida por el blues, un género musical nacido en Nueva Orleans y exportado al mundo por la comunidad afroamericana. En inglés, incluso existen expresiones concretas que designan el sentimiento que se pretende transmitir con este color. Un ejemplo de esto es la frase “got the blues”, que hace referencia a sentirse melancólico y desmotivado.
Tras conocer el significado de la expresión, puedes imaginar a qué hace referencia el Blue Monday. Y es que este tercer lunes de enero es conocido como el día más triste del año por varias razones. Incluso existe una fórmula seudomatemática que designa de forma numérica el porqué de este suceso. El profesor de psicología de la Universidad de Cardiff, Cliff Arnall, creó una ecuación que explicaba los factores que intervenían en este fenómeno. Variables como el clima, las deudas adquiridas en las compras en festividades, el sueldo, el tiempo transcurrido desde las vacaciones de Navidad, los propósitos incumplidos, la falta de motivación y la necesidad de cambios. Aunque la comunidad científica desmintió esta fórmula, en conjunto con el mismo Arnall, el término se ha enraizado a nivel cultural. Muchas personas se sienten identificadas con este sentimiento posvacacional de desmotivación y pesadumbre. Es por ello que, aunque el término en inglés pueda resultar desconocido, la expresión se ha expandido por diferentes países.
Este sentimiento de melancolía no es ajeno al mundo laboral. Los equipos pueden verse afectados por él y sentirse decaídos o apáticos en consecuencia. Es en circunstancias como esta en las que conviene plantearse la importancia del bienestar mental de la plantilla. Un buen plan de formación que aúne motivación y aprendizaje puede ayudarte a combatir ese temido blues de enero.
¿Cómo puedes mejorar el ambiente laboral?
Antes de establecer el proceso de formación es conveniente que te preguntes si el ambiente laboral es el idóneo. Sobre todo si aspiras a fomentar el compañerismo y el sentimiento de equipo en tu plantilla. Como seguro que sabes, un ambiente laboral positivo es indispensable para mantener la motivación. Para estimular este aspecto y mejorar la cohesión del grupo, puedes evaluar las 5 claves del trabajo en equipo. De cara a impulsar este sentimiento de pertenencia, puedes potenciar los siguientes aspectos:
Confianza. Es necesario trabajarla de manera continua. La transparencia y honestidad entre los miembros de un equipo es un valor primordial a tener en cuenta.
Coordinación. Recae en la figura del líder de equipo. Hace referencia a la necesidad de que las directrices y los equipos puedan actuar de forma ordenada y eficiente. Sin una coordinación eficaz, la productividad y la motivación pueden estancarse, por lo que es un aspecto al que se debe prestar especial atención.
Comunicación. Fomentando los canales pertinentes y la capacidad de retroalimentación y escucha activa, podrás comprobar que el equipo cuenta con la información necesaria para desempeñar su labor y relacionarse de la mejor manera posible.
Complementariedad. Esta clave hace referencia al valor individual de cada miembro, ajustándose a la necesidad completa del equipo. Se debe valorar las habilidades de manera que se complementen y sumen al grupo en su totalidad.
Compromiso. El compromiso es el sentimiento de responsabilidad y deber adoptado por todos de cara a alcanzar una meta común. Si el resto de valores se trabajan, crecerá entre todos los miembros. Tanto de cara al equipo como a sus tareas propias.
Centrándote en estas claves, puedes evaluar el nivel de trabajo en equipo. Además, podrás asegurarte de que la formación se adapte a las personas y pueda ser todo un éxito.
¿Qué formaciones puedes implementar para mejorar el bienestar de tu plantilla?
Dependiendo de las necesidades de la plantilla, existen diversas alternativas de formación adaptadas a la medida de tu empresa. Debes plantearte qué puede ser más necesario mejorar de cara al futuro y qué habilidades son más útiles para según qué equipos. Existen diferentes opciones que pueden ayudarte a fomentar aspectos que necesiten de refuerzo. Las formaciones se pueden dividir en cuatro grandes grupos en los que se recogen distintas habilidades relacionadas.
- Mejorar habilidades personales. Aspectos como saber comunicarse, entrenar la capacidad creativa o la inteligencia emocional son cada vez más apreciados a la hora de formar a la plantilla. Sin una correcta gestión emocional, los problemas derivados del estrés y la desmotivación se hacen evidentes en el equipo. El entrenamiento de las habilidades personales no solo ayuda a nivel individual, sino a todos los niveles de la organización.
- Bienestar corporativo. Las actividades de bienestar reservadas solo al ámbito personal son historia desde hace mucho. Cada vez más empresas se preocupan por la comodidad y la salud de sus trabajadores. Actividades enfocadas a la gestión del estrés, el mindfulness y la relajación ayudan a que los equipos cuenten con las herramientas necesarias para poder desenvolverse en escenarios difíciles. Además, ayudan a aportar valor a la empresa y mejoran el employer branding.
- Habilidades técnicas. Por supuesto, las habilidades técnicas son un pilar fundamental a valorar. La formación en idiomas, ciberseguridad o prevención de accidentes, además de necesarias, aportan confianza y valor a los trabajadores.
- Liderazgo y gestión de equipos. Aunque hablamos del equipo en su totalidad, no se puede olvidar la figura del líder. Contar con un líder capacitado para apoyar a su equipo de la manera en que lo necesita es igual de importante que la formación de la plantilla en su totalidad. Saber aplicar estrategias para, por ejemplo, crear entornos de confianza hace de la labor del líder un engranaje de incalculable valor. Con una dirección adecuada, el equipo dará lo mejor de sí, cooperando por alcanzar las metas y aunando esfuerzos en torno a ellas.
En Synergie podemos ayudarte a mejorar todo aquello que impide que tu equipo reluzca como se merece. No dudes en consultar los planes de formación si necesitas dar ese empujón de motivación extra a tu plantilla.