Bien porque te gusta hacer de todo, bien porque no te motiva especialmente nada, puede que todavía no hayas encontrado aquello para lo que has sido llamado o llamada. Vocación viene del latín vocare, que significa llamar, y remite a seguir el destino que te estaba reservado. Más allá de connotaciones religiosas, ¿qué es eso que tú sabes hacer bien y que el mundo necesita o agradece que lo hagas? Te ofrecemos una serie de herramientas que te ayudarán a descubrirlo.
Otro punto de vista sobre la vocación
Nos hemos acostumbrado a pensar que la vocación tiene que ir asociada al desarrollo de una profesión. Es más, a veces limitamos tanto su alcance que estamos convencidos de que una vocación tiene que corresponderse exactamente con un puesto. Y así será en muchos casos, sin embargo no todo el mundo es igual. Si estás leyendo este post, es muy posible que no encajes con esa delimitación. Veamos otra forma de concebir la vocación.
Para hacerlo, nos centraremos en las soft skills, aquellas habilidades que se refieren a tu forma de hacer las cosas, no a qué cosas sabes hacer. Profesiones completamente diferentes pueden tener soft skills en común. ¿Dirías que el trabajo de un delegado comercial se parece al de una profesora de instituto? Pues sí, en algunas habilidades blandas como la capacidad para comunicarse con efectividad y la de persuadir con el discurso, por ejemplo.
Así pues, puedes probar un camino inverso y, en lugar de plantearte qué profesión te gustaría desempeñar, piensa de qué manera te gusta hacer las cosas. ¿Te gusta trabajar en equipo? ¿eres una persona resolutiva y organizada? ¿se te da bien adaptarte a los cambios? ¿tienes siempre mucho interés por aprender? ¿eres creativo o creativa? ¿te gusta aportar una mirada crítica sobre los hechos? Hazte este tipo de preguntas y anota para qué profesiones son imprescindibles. Puede que tu vocación resida en un conjunto de puestos que parece que nada tienen que ver entre sí pero que están íntimamente relacionados con tu personalidad.
Cuando tu vocación no está en el trabajo
El mundo no está dividido en dos tipos de personas, las que tienen claros sus objetivos y las que no saben bien dónde van. Las cosas no funcionan de una manera tan simple. Por eso una mirada más abierta puede darte la respuesta que estás buscando. Puede que lo que busques sea un estilo de vida que te realice y que el trabajo profesional sea secundario.
Quizá se trate de algo más que un hobby o bien consista simplemente en estar todo el tiempo posible con tu familia o amistades, o puede que lo tuyo sea bailar, o disfrutar del campo, hacer trucos de magia… Todo eso en lo que se te va el tiempo y que más disfrutas constituye tu vocación, aquello que está predestinado para ti, para lo que has sido llamada o llamado, como hemos dicho al inicio.
Si esto lo sientes realmente así y lo asumes, buscar una profesión a la que dedicarte no resultará tan difícil. Solo tienes que analizar las ocupaciones en función de que te dejen tiempo y que te sustenten lo suficientemente como para poder dedicarte a tu verdadera vocación. Quizá requiera hacer un esfuerzo en prepararte para conseguir determinado tipo de puesto, pero piensa que bien merece la pena si eso te va a permitir ser, al final del día, más feliz.
Ahora sí: cómo descubrir tu vocación profesional
Hemos querido aportarte otra visión sobre la vocación, pero las herramientas que ahora te proponemos valen tanto si tu idea sobre la vocación se sigue correspondiendo con el concepto clásico como si no. Hay una serie de señales que pueden ponerte sobre la pista de cuál es tu vocación. Una de ellas es que, al desempeñarla, se te pasa el tiempo casi sin que te des cuenta. Otra es que los baches y dificultades que te surgen en ese campo se allanan cuando los abordas. Nadie te obliga a aprender, eres tú quien decide profundizar en los cometidos de esta actividad que te llena. ¿Te has sentido así con algo por lo que te podrían contratar? Pues esa es claramente tu vocación.
Si nunca has sentido esto con una profesión, estas cuatro herramientas te ayudarán a elegir una actividad que, al menos, sea lo más llevadera posible.
Análisis DAFO
El análisis DAFO consiste en realizar una matriz mediante la que recogerás y analizarás información sobre ti. Se trata de una técnica de autoconocimiento que te permitirá visibilizar cuestiones que ahora mismo están actuando en segundo plano.
Es tan sencillo como dividir un papel en cuatro áreas. DAFO viene de Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Oportunidades. Sitúa en el área de arriba a la derecha las fortalezas; debajo, las oportunidades; a la izquierda arriba, las debilidades, y debajo de estas, las amenazas. Y ahora ponte a rellenar. Los dos cuadrantes de arriba (debilidades y fortalezas) han de estar referidos a ti, a tu persona. Los dos cuadrantes de abajo se referirán al exterior, tu entorno o el sector en el que pretendes moverte.
De una manera muy intuitiva habrás analizado tu situación actual y verás cómo puedes extraer interesantes conclusiones de este sencillo cuadrante. Por ejemplo, dónde debes reforzar tu preparación, qué aspectos son los más atractivos de tu perfil o qué indicadores externos suponen una oportunidad para mover tu candidatura.
CANVAS para particulares
CANVAS es otra matriz, como el DAFO, pero algo más compleja. Se incluyen cuadrantes para relación con clientes o costes y flujos de ingresos. Está orientado a empresas, pero puede ser una herramienta muy eficaz si se te ha cruzado la idea de emprender. En cualquier caso, se puede adaptar a una persona que busca trabajo asalariado, pues simplemente se sustituirán ciertos campos por otros. Por ejemplo, el de clientes por empleadores, los canales de distribución por los canales de promoción de tu perfil, la estructura de costes por los costes y otros recursos (como tiempo) asociados a adquirir una preparación para el puesto, entre otros. Encontrarás mucha info sobre ello en la Red.
La ventana de Johari
Esta técnica es similar al análisis DAFO, pero tiene una intención mucho más introspectiva. Se trata de analizar tu personalidad en una matriz de cuatro áreas también. A partir de ahí, puedes sacar conclusiones muy útiles acerca de tu vocación. Se divide en área pública, que es lo que todo el mundo sabe sobre ti y de lo que tú también eres consciente; área oculta, lo que conoces de ti pero que ocultas a otros; área ciega, que consiste en lo que otros observan de ti pero que tú desconoces, y área desconocida, de la que ni tú ni los otros sabéis nada.
Orienta esta matriz al mundo profesional, que tiene que ver con tus habilidades y tu experiencia. Puedes pedir ayuda a personas de tu entorno que te conozcan bien. Seguro que consigues extraer conclusiones interesantes.