La salud mental es un aspecto que, aunque en los últimos años se trata de priorizar, ha sido el gran abandonado en el ámbito laboral. Aún a día de hoy, hay entornos laborales que no le otorgan la importancia que se merece, generando estrés, mal ambiente y numerosos problemas que hacen que los equipos no puedan explotar su potencial y estar satisfechos con su trabajo.
Si eres consciente de la importancia de un ambiente saludable en el trabajo, hoy queremos mostrarte los beneficios que puede aportarte invertir en este ámbito.
¿A qué nos referimos cuando hablamos de salud mental en el trabajo?
Haciendo un cómputo rápido de la vida adulta, las actividades laborales ocupan alrededor del 30% del nuestro tiempo diario efectivo. No es de extrañar que el ambiente que experimentamos en el trabajo condicione rotundamente la calidad de vida general.
Las situaciones estresantes, los salarios deficientes, la falta de flexibilidad, las condiciones desfavorables y la imposibilidad de lograr una conciliación efectiva pueden llevar a que los trabajadores se sientan descontentos con su puesto. Esto conduce inevitablemente a que su salud laboral se resienta. Si las situaciones son muy extremas, el trabajador puede incluso dejar su puesto de trabajo a causa de salud mental deteriorada.
¿Qué puede afectar al trabajador?
Hay multitud de efectos negativos que pueden llegar a afectar al trabajador en ambientes laborales deficientes, como pueden ser el síndrome del trabajador burbuja, el síndrome del impostor o incluso patologías como el síndrome del burnout. Estas dinámicas afectan a la salud mental hasta el punto de generar ansiedad e incluso depresión, si se mantienen en el tiempo y no se ponen medidas efectivas para contrarrestarlas. Por esto la salud mental en el trabajo es un pilar fundamental, sobre el que basar las decisiones empresariales que puedan afectar a la plantilla.
Hay evidencia científica de que la salud mental en el trabajo repercute de manera directa en la economía. Un estudio de la Organización Mundial de la Salud, publicado en The Lancet Psychiatry, estimaba que cada dólar que se invierte en el tratamiento de la ansiedad y la depresión, rinde hasta cuatro euros en mejora de la salud y capacidad del trabajo. Al hilo de esta investigación, la entonces directora de la OMS, Margaret Chan, hizo unas declaraciones muy contundentes: «Sabemos que el tratamiento de la depresión y la ansiedad tiene sentido desde el punto de vista de la salud y el bienestar, pero este nuevo estudio confirma que también lo tiene desde una perspectiva económica».
¿Cómo mejorar la salud mental en el trabajo?
Cuando hablamos de mejora de la salud laboral, debemos tener muy claro que el establecimiento de medidas, debe hacerse de forma holística y mantenida en el tiempo. Es decir, no vale de nada generar actividades que pueden promover un ambiente laboral positivo, si después se siguen manteniendo actitudes y comportamientos que generan situaciones desfavorables para los equipos.
Con el fin de crear y mantener un plan efectivo de salud mental en el entorno laboral, debemos analizar los puntos en los que se pueda estar fallando y proponer medidas inmediatas y sostenidas en el tiempo. Para realizar este análisis, debes tener en cuenta una serie de aspectos imprescindibles que analizaremos a continuación.
1. Comunicación
Puede parecer algo obvio, pero ¿sabemos comunicar en todo momento de la manera en que deberíamos? ¿De verdad se le da importancia a la forma de comunicarnos con los equipos? Hay veces en las que las situaciones pueden llegar a sobrepasar a los equipos. Por lo tanto, la manera de comunicarse es el primer aspecto que se ve afectado. La calidad de las interacciones entre compañeros es un aspecto básico del buen ambiente laboral. Si hay buena comunicación, se generarán vínculos afectivos que promoverán un clima de compañerismo y unidad. Efecto que no solo ayudará a mejorar la salud en el lugar de trabajo, sino también a multiplicar la productividad y el empeño de los equipos.
Dentro de este apartado no podemos dejar de hablar de la comunicación entre niveles jerárquicos. Si bien es inevitable tener que guiar a los colaboradores y hacer correcciones o cambios de ruta, los líderes serán responsables de que sus directrices sean compartidas con respeto, afán de mejora y positividad.
2. Conciliación y equilibrio laboral
Ese 30% que hemos comentado al principio del artículo puede llegar a abrumar si sobrepasa unos valores que imposibiliten tener tiempo libre de calidad. En ocasiones se tiene el concepto de que pasar más tiempo en el trabajo equivale a trabajar mejor. Pero no solamente es erróneo, sino que hace de la desconexión laboral de los empleados, un hito imposible de lograr.
Para luchar contra este hándicap, las empresas deben promover un ambiente abierto al debate y a las necesidades únicas de cada empleado. Estas pueden proponer planes adaptados y flexibilidad según las circunstancias de cada persona.
3. Promover actividades que fomenten el buen ambiente laboral
Los beneficios de realizar actividades en grupo, como el teambuilding para empresas, están sobradamente demostrados y pueden ayudar a que los empleados fomenten su compañerismo e impulsen sus vínculos personales con el resto del equipo.
Bien organizados, los eventos de teambuilding pueden generar lazos que difícilmente podrían llevarse a cabo en un ambiente corporativo más normativo o estricto.
4. Flexibilidad
En los ambientes empresariales, a veces se intenta mantener la misma fórmula que ha funcionado siempre por riesgo a tomar decisiones equivocadas de elegir otra. Sin embargo, no se debe olvidar que una actitud abierta al cambio puede suponer un gran beneficio a la hora de conseguir una salud laboral. A la larga puede que beneficie a los equipos.
Quizás, por ejemplo, nunca se ha necesitado un plan de guardería. Pero, tras analizar a los empleados, se descubre que gran parte de ellos son padres a los que les cuesta conciliar el cuidado de sus hijos con los horarios del trabajo. El supuesto puede variar en función de las necesidades únicas de tus equipos y empleados. Pero la premisa es clara: mantener un actitud abierta al cambio y enfocada al trabajador siempre aporta más beneficios de lo que se pueda esperar.
La salud mental en el entorno laboral, no solo es un bien efectivo para lograr el ambiente en el que los profesionales quieran desarrollarse, sino que reporta grandes beneficios a largo plazo. Aspectos como la motivación, se verán impulsados en un buen ambiente de trabajo. Además, se mejorará la productividad reduciendo significativamente el absentismo laboral y las bajas ocasionadas por problemas de salud mental.
Es indudable que los beneficios de esta tarea de vigilancia y mejora continua superan con creces a la inversión temporal y material, por lo que no dudes en analizar a tus equipos y sus necesidades e implementar programas de bienestar corporativo que aboguen por el cuidado de la salud mental en el trabajo. Sin duda, a día de hoy, es un aspecto esencial que cuidar en cualquier empresa.