La mayor parte de personas desean crecer en su vida personal y profesional. Superar retos que les lleven a mejores posiciones y alcanzar el éxito. Tienen claro cómo debe ser ese camino de superación. Cuáles son sus metas. Pero a la hora de dar el paso y vencer los obstáculos surge el miedo. Y con él, pensamientos negativos sobre las propias capacidades. Esta reacción se conoce en psicología como el complejo de Jonás o miedo al éxito. Si tú también lo has experimentado, aquí encontrarás cómo enfrentarte a ello y superarlo.
Qué es el miedo al éxito o complejo de Jonás
El psicológo Abraham Maslow, fundador de la psicología humanista, desarrolló a mediados del siglo pasado una teoría sobre las necesidades humanas. Se basa en la premisa de que las personas tienden hacia la salud mental y de que sus necesidades pueden jerarquizarse. De este modo, la satisfacción de las más elementales genera necesidades más complejas. Esta teoría se plasmó en la llamada pirámide de Maslow. En ella, las necesidades fundamentales de la vida, como alimentarse, dormir o respirar, se encuentran en la base. Una vez cumplidas, el ser humano tiende a superar otras más complejas. Hasta llegar a las necesidades de autorrealización, como la moralidad o la resolución de problemas. Y aquí entra en juego el complejo de Jonás.
Cuando las personas sentimos miedo a alcanzar el éxito, evitamos mostrar y cultivar nuestros talentos o evadir el futuro estamos frente a este trastorno. También cuando nos asusta cambiar de rumbo. Sus síntomas se resumen en el miedo a no estar a la altura. Toma su nombre del personaje bíblico Jonás, que fue designado por Dios para ser profeta, pero al enterarse, quiso huir de este destino.
Cómo reconocer los síntomas
Este miedo al éxito parece estar asociado a un sentimiento de gran responsabilidad frente al propio éxito. También a una baja autoestima. Ambas características conducen a acciones de autosabotaje para impedir conseguir metas o logros.
En definitiva, se trata de protegernos frente al fracaso, pero a costa de no lograr colmar nuestras necesidades de autorrealización.
Algunos de los síntomas asociados al complejo de Jonás son los siguientes:
- Procrastinar. Posponer proyectos y acciones. Sobre todo aquellos que puedan suponer destacarte de otras personas.
- Querer ser perfectos en todo lo que se hace y asustarse ante el fracaso.
- Creer que no se merece tener éxito.
- Tener sentimientos de culpabilidad por cualquier logro conseguido.
- Supeditar las propias metas a lo que creemos que los demás esperan. Como pensar que conseguir los propios objetivos podría causar problemas con la familia o los amigos.
- Convencerse de que, aunque se alcance el éxito, no se será capaz de mantenerlo. Esto conduce a pensar que no tiene sentido intentarlo.
Qué debes hacer para plantarle cara
Si has reconocido alguno de los síntomas anteriores no te alarmes. Has dado el primer paso. El más difícil. Ahora puedes actuar para cambiar la situación. El miedo al éxito es superable.
En ocasiones, el complejo de Jonás está asociado al miedo a salir del área de confort. A la ansiedad de enfrentarnos a situaciones nuevas. Lo que nos conduce a mantenernos en la misma situación. Como el refrán «más vale malo conocido que bueno por conocer». Pero esta negativa a enfrentar lo nuevo genera sentimientos de baja autoestima, estrés, ansiedad e incluso enfermedades psicosomáticas. Porque sabemos que la situación presente no nos gusta, pero no queremos afrontar una nueva. Nuestro propio cuerpo se rebela para avisarnos de que debemos cambiar.
Reflexionar de forma objetiva sobre tu situación y tu futuro hará que puedas aparcar la negatividad. Sé realista con las consecuencias de tu éxito. No te dejes llevar por pensamientos basados en temores. Párate, piensa y analiza tus emociones. Observa de qué modo puede cambiar tu vida alcanzar tu meta. Dale la importancia adecuada a las cosas y analiza en su justa medida los pros y contras de tu decisión. Medita sobre porqué consideras que no mereces lograr tus objetivos. Y examina qué estás haciendo para entorpecer tus esfuerzos por conseguirlas. Incluso de manera inconsciente.
Estrategias concretas para avanzar en el cambio
Las actitudes generales que hemos visto pueden concretarse en acciones más específicas. Algunas de las estrategias que puedes seguir a nivel individual son las siguientes:
- Trabaja una visión menos negativa de ti mismo. Trata de fortalecer tu autoestima reflexionando sobre todas las virtudes que posees.
- Comienza a pensar «lo intentaré» en lugar de «no puedo». Deja de lado la tendencia al autosabotaje y no te conviertas en tu propio enemigo.
- Reconoce que todos cometemos errores. El error es además parte fundamental del aprendizaje. Lo importante no es ser perfecto, sino aprender de los fallos.
- Utiliza tus experiencias anteriores. Nadie es un fracasado en todo lo que hace.
- Redefine tu concepto de éxito. Ajústalo a tus propios principios y prioridades. No te dejes influir por las concepciones de otros. Te ayudará a vencer la baja autoestima alejándote de modelos impuestos.
- Repasa comportamientos automáticos que has asumido de manera inconsciente. Cuando los reconozcas, revísalos y trata de cambiarlos.
- Analiza las creencias injustificadas que te frenan. Sé objetivo y no des alas a fantasías negativas.
- Convéncete de que cada vez que afrontas tus miedos menos te costará en el futuro seguir haciéndolo. Estás en un proceso, date tiempo y actúa de forma progresiva y paulatina.
Los profesionales están para ayudarte
Si a pesar de todo observas que no puedes vencer tú solo el miedo al fracaso no dudes en pedir ayuda.
Es cierto que en nuestra sociedad acudir a la consulta de un psicológo suele estar rodeado de estigmas. Pero convéncete de que lo mejor es que salgas de la situación de inmovilidad. Las terapias psicológicas te ayudarán a conocerte mejor. Estarás en un espacio seguro en el que poder expresar tus miedos. Y tendrás delante a alguien que sabrá cómo puedes afrontarlos y te acompañará en el proceso.
Puedes también acudir a un coach. Estos profesionales están especializados en el desarrollo personal. A través de un trabajo conjunto y mediante preguntas dirigidas conseguirán que reflexiones sobre el origen de tus miedos. Desde ahí, podrás encontrar las soluciones que necesitas para enfrentarlos y acabar con ellos.