Reinventarse es un derecho que toda persona tiene. Las circunstancias pueden haberte llevado por un camino que no se relaciona con tu vocación. Quizá en un momento dado pensabas en la seguridad de tu familia o en la inmediatez de un trabajo que en aquel tiempo te venía bien. Son muchas las causas que te ha podido apartar de lo que consideras evolucionar en tu trayectoria profesional. Pero nunca es tarde para realizar un cambio de rumbo si eso es lo que sientes que necesitas. Hemos elaborado una pequeña guía que puede ayudarte a dar ese giro profesional, adaptada a distintas edades.
¿Por qué es importante un cambio de rumbo si realmente lo deseas tanto?
Aquello que haces con pasión y en lo que perseveras, raramente te defraudará. Y, si lo hace en algún momento, las barreras serán más llevaderas y conseguirás salir antes del atolladero. Cuando algo te entusiasma, eres mucho más capaz de perseverar, de dedicarle todo el tiempo que se necesite. Es cierto que no todo es dedicarle tiempo a las cosas, pero desde luego el hacerlo ayuda a superar mejor los obstáculos.
También es cierto que no todo el mundo es igual. Hay quien una decisión así la toma una vez en la vida y otras personas están continuamente embarcadas en profundos cambios sin terminar de concretar nada definitivo en su vida. Podría aludirse a la clásica dualidad entre una personalidad cerebral y otra apasionada. En cualquiera de los dos polos y toda la gama intermedia de combinaciones entre ellos, lo importante es tomar la decisión. Si realmente consideras que es el momento de dar un giro profesional, anímate a elaborar un plan de acción. Ahora bien, es importante que lo lleves a cabo hasta el final porque es cuando realmente vas a apreciar los resultados.
Por este motivo, la decisión poner en marcha una transformación tan profunda que afecta a tu sustento conviene que la tomes de manera muy consciente. Quizá el primer intento no te lleve al éxito que esperas, pero seguro que en el camino habrás aprendido a estar más cerca de lo que realmente quieres en la vida. Este es un paso más hacia la autorrealización y puede que el segundo intento sea mucho más fructífero.
Cambiar de profesión a los 30
Los motivos para cambiar de rumbo a los treinta años no suelen ser los mismos que a los cincuenta. Con esta edad puede que todavía no hayas podido independizarte y necesites mayor aporte económico y una estabilidad mensual que constituya un verdadero sustento. O quizá sí has conseguido esto, pero de manera tan precaria que no puedes sumar miembros a la familia, cuando este es tu deseo. También es posible que la vida hasta ahora te haya llevado a trabajos para salir del paso y hayas decidido volcarte en una profesión.
La manera de afrontar este cambio puede reconducirse en función de estos tres pasos:
- Investigar el área profesional al que tienes previsto orientarte. Se trata de detectar las oportunidades, explorar nichos de contratación y ver dónde se producirá un mayor crecimiento que incremente las ofertas de empleo. Además conviene tener en cuenta qué riesgos de automatización tiene esta actividad.
- Formarte en lo que te va a generar mayor empleabilidad. Merece la pena hacer una inversión económica o en tiempo porque te reportará beneficios de por vida. Y no solo en el campo económico, sino también como satisfacción personal y autorrealización.
- Acude donde están tus contactos. Aprovecha para relacionarte desde las propias actividades formativas hasta encuentros profesionales, tanto digitales como presenciales. Participa en redes sociales compartiendo contenidos de interés para el gremio al que quieres pertenecer.
Cuando a los 40 no te convence a lo que te dedicas
Los cuarenta pueden suponer una época de grandes cambios. Quizá te has dedicado a una profesión que te mantiene con comodidad pero que no te da demasiadas alegrías. La falta de motivación te lleva a dar un giro profesional hacia tendencias que te llenan más. Puede que no estés a disgusto con tu actividad, pero que en los últimos tiempos haya sufrido las consecuencias de la automatización y ahora te toque reinventarte. O quizá has conseguido la soltura económica y estabilidad que te proporciona por fin la posibilidad de apostar por una iniciativa por cuenta propia.
Te proponemos que subas estos tres peldaños en tu escalera hacia la transformación profesional:
- Revisa tu red de contactos. Durante el tiempo que llevas viviendo es más que probable que hayas generado una extensa red de contactos. Puede que no seas muy consciente de ello, pero solo tienes que pararte a reflexionar para extraer las conexiones. ¿Hay alguien que te pueda proporcionar ayuda en tu transición? Retoma los vínculos.
- Actualiza conocimientos. Si quieres reinventarte, no puedes continuar con conceptos y metodologías de hace una década. El mundo ha cambiado de manera vertiginosa en este tiempo. Investiga cuáles son los avances y cómo puedes ponerte al día.
- Desglosa tu transición en pequeñas tareas. Es muy posible que con esta edad hayas adquirido responsabilidades ineludibles que parece que están frenando tu cambio. Trata de conquistar pequeños logros; si das pasos cortos vas recorriendo camino y, pasado un tiempo, habrás conseguido alcanzar la meta.
Con 50 todavía no es tarde
Con cincuenta años cumplidos aún te quedan 17 años de vida laboral. Por lo general, esto supone más de la mitad de una vida profesional, por lo que no es ningún disparate plantearse un cambio profesional. Si te quedan muchos menos, piensa que nunca es tarde cuando se tiene un proyecto realmente afianzado. Es más, puede que la transformación que estás pensando hacer venga determinada por conseguir jubilarte con una mejor posición. A esta edad se suele tener muy claro si el trabajo que desempeñas te motiva o no, y muchas veces las decisiones son de tipo práctico.
Puedes establecer tres pasos en el camino hacia tu transición:
- Plantéate por un momento que el cambio esté orientado hacia el mentorizaje. Has acumulado una experiencia valiosa, ¿por qué no transmitirla a las nuevas generaciones? Si tienes oportunidad de plantearlo, quizá puedas orientar el cambio por este lado.
- Afianza el camino hacia la jubilación. Sea cual sea tu propósito, ten en cuenta que en el cálculo de la jubilación se contará la actividad realizada durante los 15 años previos. Es decir, sopesa cada decisión sin perder de vista esta consideración.
- Integra las últimas tendencias de tu sector. Seguramente la necesidad de actualizarte la hayas sentido ya con anterioridad y te aplicaras en ello en su día. Si es así, ahora contarás con el poder de la experiencia sumado a la actualización que hayas hecho. Integrar las últimas tendencias supone dar un paso más. Tienes la edad ideal para convertirte en una persona pionera.