La capacidad de redacción es una habilidad muy práctica tanto a la hora de promover una candidatura (cuando escribes tu CV, mandas una carta de presentación, contestas a los mails de contacto…) como para desarrollar tareas propias de un puesto. Hablamos sobre sus utilidades y te ofrecemos claves para que puedas mejorar tu habilidad de redacción.
¿Qué es la capacidad de redacción?
La capacidad de redacción es la habilidad que se tiene para transmitir un mensaje o una idea escrita de manera eficaz. Depende de que llegues a dominar dos aspectos principales:
- Conocer las reglas del lenguaje escrito. No se escribe como se habla. Escribir bien implica estar pendiente de las normas de ortografía y gramática.
- Poseer un vocabulario suficiente. Cuanto más amplio, mejor. No se trata de ser rebuscado o rebuscada, hay que tener vocabulario para encontrar la palabra adecuada y hacer un buen uso del lenguaje.
Comunicarse bien por escrito es una de las habilidades que más se demandan en las ofertas de empleo. Es cierto que no se requiere para cualquier tipo de puesto, pero para muchas profesiones resulta fundamental. Escribir bien es ya un must para desempeñar una gran cantidad de puestos.
Ten en cuenta que la comunicación escrita es imprescindible si se trabaja en el ámbito de la atención al cliente. También si tienes que tratar con proveedores o coordinar las tareas de un equipo. O incluso para coordinarte con tus compañeros. Es decir, resulta ventajosa tanto para la comunicación externa como para la comunicación interna. Y, tal como seguramente habrás podido apreciar, el auge del teletrabajo a partir de la pandemia ha hecho que esta capacidad cobre cada vez más importancia.
Escribir bien es algo que se puede entrenar
Desde luego que hay personas que tienen una facilidad especial. Sin embargo, no es algo innato. Si quieres mejorar tu capacidad de redacción, puedes hacer una serie de actividades que seguro que te ayudarán a potenciarla. Observa a las personas de tu entorno que escriben bien. Lo más probable sea que hayan adquirido esta habilidad practicando. Bien porque sus estudios hayan tenido que desarrollar esta capacidad, bien porque en su trabajo se vean obligados a la comunicación escrita. O en su tiempo de ocio. Quizá al expresarlo simplemente digan “se me da bien”, pero si ahondas en su biografía es muy posible que encuentres alguna experiencia de ese tipo.
Y es que todos los días tienes oportunidad de mejorar tu redacción casi sin darte cuenta. Simplemente leyendo y fijándote en lo que lees. Si son libros o revistas, la experiencia de aprendizaje probablemente será más enriquecedora. Pero los libros, revistas y periódicos no son los únicos medios donde sale publicado un texto. Cualquier consulta que hagas en internet, o la publicidad que ves por las calles, los folletos que recibes en tu buzón, las comunicaciones de tu banco o de suministros, las de la reunión de vecinos, el papeleo que tienes que rellenar en el ayuntamiento, la letra pequeña de las condiciones de un contrato… Todo son textos que alguien ha redactado. Si te fijas en lo que lees podrás apreciar los aciertos y detectar los errores.
Esta atención probablemente hará que te plantees si algo está bien o mal escrito. Te animamos a que lo consultes, en internet hay multitud de recursos para saber si un texto es correcto. Estas tres webs te resultarán de gran utilidad:
- Real Academia Española. Lo más consultado es el Diccionario, pero tienes otros muchos recursos, como la Ortografía.
- Fundéu (Fundación del Español Urgente). Para consultar dudas sobre cómo se escriben palabras y frases hechas.
- Cualquier diccionario de sinónimos y antónimos. Te ayudarán a enriquecer la redacción.
La gramática no se basa solo en reglas de puntuación
Mucha gente que dice que no tiene habilidades de redacción le da una importancia excesiva a la puntuación. Y la tiene, por supuesto, pero no es el único aspecto que hay que cuidar. Lo que es fundamental es expresar un mensaje con sencillez. Porque esa es la finalidad de la comunicación, de la escrita y de la no escrita. Escribir bien no significa emplear palabras ampulosas y frases enrevesadas. Se escribe bien cuando se consigue transmitir un mensaje con claridad. Cuanta más claridad, mejor.
Y que llegue. Esto parece una obviedad, pero no lo es tanto. Para que llegue físicamente ha de enviarse por el canal adecuado, lo que requiere muchas veces una cierta planificación y seguimiento. Pero es que, además, hay otra forma de “llegar”. Decimos que algo nos llega cuando ha hecho una huella en nosotros. Y a eso también puedes aspirar cuando escribes. Una fórmula muy eficaz es evitar los lugares comunes, los clichés y las frases hechas. En vez de “Buenos días” al comienzo de una carta de presentación, ¿qué tal si dices “Muy buenos días”? Un gesto tan sencillo puede llamar la atención de tu lector o lectora.
Tres tips o sencillas técnicas de redacción de textos
- Que se entienda bien quién es el sujeto. Si tienes un poco olvidada la sintaxis, el sujeto es quien realiza la acción del verbo. Queda mucho más claro decir “El departamento de administración facilitará las nóminas a final de mes” que “se facilitarán las nóminas a finales de mes”. Es más transparente. A veces es útil no especificar el sujeto, pero hay que evitar el abuso de este tipo de oraciones, que se denominan oraciones impersonales. Sucede igual con las pasivas. Es más farragoso decir “Las quejas serán enviadas al departamento de recursos humanos” que decir “El departamento de recursos humanos recibirá las quejas”. Si interesa destacar “las quejas”, puede ser útil emplear la pasiva. Pero, lo dicho, no hay que emplear en exceso estas construcciones.
- No abusar de las subordinadas y redactar con frases más cortas. “Empecé a trabajar en el año 2008 en una empresa en la que me encargaba de recepcionar la paquetería que llegaba, durante dos años”. Demasiado larga, se pierde el hilo y el interés. Mejor: “De 2008 a 2010 trabajé en la recepción de una empresa. Esta fue mi primera experiencia laboral”. Esta técnica suele mejorar casi cualquier comunicación.
- No alterar el orden lógico de una frase. Al menos no hacerlo demasiadas veces. En la frase del ejemplo anterior, hemos puesto “durante dos años” al final. Esto altera el orden lógico, pues debería haber estado más cerca de “2008”. El resultado es que no queda del todo claro a qué pertenece esa referencia temporal.
En resumen, recuerda esta máxima: busca siempre la manera más clara y, sobre todo, más sencilla de transmitir un mensaje escrito.