Una empresa es como un organismo vivo y, en ese sentido, puede desarrollarse plenamente o enfermar, pasar por un periodo de crecimiento y más adelante por otro de sufrimiento. El recorrido es irregular. Cuando en la empresa conviven familiares, los altibajos pueden generar mayor conflicto porque se entremezclan las relaciones personales con las relaciones profesionales. Aunque se consiga resolver, con el tiempo puede hacer mella y terminar quemando. ¿Estás en esta situación? Veamos cómo salir de ella.
Qué tipo de problemas con la familia se dan en una pyme
El primero de todos es el que acabamos de mencionar: cuando se entremezclan y se confunden la vida personal y la profesional. Este es el origen de cualquier conflicto que surja entre los miembros de una familia que come de la misma empresa. A un compañero o compañera puedes dejar de verlos para siempre fuera del entorno laboral, pero con tus familiares tienes un lazo emocional de por vida.
A continuación mencionamos algunos de los conflictos más comunes en las empresas familiares.
De tipo legal
En una empresa familiar es más frecuente que surjan situaciones en las que se lleven a cabo prácticas que bordean la legalidad: pagos en B, contrataciones por menos horas de las que realmente se trabaja o situaciones irregulares con la antigüedad, entre otras. Para convencer a los miembros de la familia de que pierdan sus derechos, se alude a la confianza, a la falta de experiencia en el entorno laboral cuando se empieza o a la necesidad de arrimar el hombro cuando la familia necesita ayuda.
Relevo generacional y plan sucesorio
Una de las cuestiones más problemáticas suele ser la que tiene que ver con la sucesión de los puestos, especialmente cuando son de relevancia. Por este motivo, siempre se aconseja dejar bien definido el plan sucesorio, es decir, preparar a las nuevas generaciones para que puedan sustituir a las más mayores cuando estas van dejando de trabajar en la empresa. En este cambio de manos también es importante tener en cuenta que la generación anterior suele actuar como punto de equilibrio entre hermanos y primos.
Enfrentamientos internos entre bandos
En todas las empresas hay tendencias que aglutinan a las personas en grupos a veces muy bien definidos y encontrado entre sí. Cuando la empresa es familiar, los lazos personales pueden determinar la creación de bandos que se refuerzan en casa. Una de las tensiones más frecuentes es la que se da entre posturas conservadoras e innovadoras. Están quienes quieren que se mantengan las tradiciones y que no se pierda la esencia del negocio y quienes pretenden introducir novedades con el fin de hacer crecer la empresa o colocarla en un puesto más eficiente dentro de la evolución del mercado.
Ausencia de estructura y de definición de roles
De nuevo el exceso de confianza es la causa principal por la que se deja en segundo plano la necesidad de definir estructuras fundamentales para el curso del negocio, como el flujo de trabajo o incluso el organigrama de la empresa. Hay demasiadas normas fundamentadas en la costumbre que resultan poco prácticas cuando pasan los años. Por otro lado, es frecuente que los puestos no terminen de estar definidos y las responsabilidades se diluyan tanto como los derechos.
Incompetencia y falta de preparación
En la empresa familiar se trata de asegurar el bienestar del conjunto. Por este motivo, se dan oportunidades a miembros que no siempre están cualificados para el puesto que van a desempeñar. Muchos intentarán ponerse al día con mayor o menor fortuna, pero ¿qué sucede cuando no es así? Los lazos personales y la idea del bienestar del conjunto obliga a que el negocio soporte perfiles con baja cualificación incluso en puestos clave.
Cómo superar el cansancio en 5 pasos
No son solo los conflictos, también influye la desmotivación. Nadie debería obligarte a continuar en el negocio familiar si tus deseos van por otro lado y necesitas realmente cambiar de empleo. Ahora bien, si decides apostar por mejorar dentro de la empresa familiar, ten en cuenta el plan en cinco pasos que te presentamos a continuación.
Tómatelo como una oportunidad de crecimiento
Si tienes la completa certeza de que quieres continuar en el negocio familiar y realmente no tienes fuerzas para hacerlo, conviene que cambies el punto de mira. La situación no se va a resolver de hoy para mañana, pero la decisión de mejorar por tu parte puede tener más poder de transformación del que esperas. Plantéatelo como un reto en el que vas consiguiendo superar obstáculos poco a poco. Cuando lleves un tiempo, podrás comprobar los resultados de tu nuevo impulso.
Comunícate y busca acuerdos
Puede que pienses que a nadie le importa tu malestar y que, si lo sospechan, lo ignoran. Sin embargo, conviene que lo compruebes. Manifiesta las cuestiones con las que no estés de acuerdo. No es necesario que sea todo de golpe, puedes hacerlo de una manera progresiva y, sobre todo, asertiva. Siempre que propongas acabar con una dinámica, ten preparada la alternativa. En caso de que haya discrepancias, trata de llegar a acuerdos en los que todos los miembros salgáis ganando.
Insiste en la necesidad de estructurar la empresa y de arreglar cuestiones legales
La imprecisión y la incertidumbre dejan al arbitrio de determinados mandos la dirección de una empresa. Esto puede hacer que en unas épocas funcione todo de maravilla y en otras sea un completo desastre. Si se quedan definidos los puestos, el organigrama del negocio y las líneas de actuación, no dependerá todo de una persona y la empresa ganará en estabilidad sin importar tanto quién está al mando. Ir solucionando la pérdida de derechos laborales también favorecerá tener mejor ambiente.
Buscar una visión externa
En muchas ocasiones, una visión externa a la familia, alguien que no esté directamente implicado en el negocio, puede aportar ecuanimidad y que posturas encontradas se acerquen. Se trata de introducir un agente mediador para que no puedan reprocharse intereses particulares. Una buena labor de consultoría externa puede aportar soluciones que sean aceptadas con mayor consenso.
No hablar de trabajo en conversaciones familiares
Este punto es fundamental para tu bienestar. Cuando la línea que separa tu vida personal de la profesional se diluyen una en la otra, tienes muchas más posibilidades de sufrir el síndrome de burn out o del empleado quemado. En casa, trata de generar un entorno protegido donde no se hable de la empresa más que de manera ocasional. En cuanto definas este límite, empezarás a sentirte más recuperado o recuperada.