Esta vez parece que la cosa va en serio. Todavía no nos atrevemos a decirlo muy alto, no sea que de tanto desearlo y teniéndolo tan cerca, al final acabe diluyéndose… ¡Estamos saliendo de la crisis!
Y la pregunta es… ¿de qué crisis? Porque llevamos tantos años relacionando la crisis con la falta de trabajo, que no deja de ser una crisis en sí mismo el hecho de que nos hayamos olvidado que también estábamos metidos en una gran crisis de valores y de empobrecimiento social y personal.
Desde mi modesta opinión, creo que ha sido la unión de todas estas crisis la que nos ha llevado a unos años, y bastantes, en los que hemos perdido no sólo trabajo, poder adquisitivo o un puesto en la sociedad laboral, sino que, sobre todo, hemos perdido la seguridad y la dignidad profesional.
Todos estos años de crisis han conseguido mermar el ánimo, el orgullo y la confianza de infinidad de profesionales muy cualificados, muchos de ellos trabajando en grandes empresas y teniendo puestos de responsabilidad, que debido a esta debacle mundial se han quedado en paro y no en paro sólo laboral sino en paro moral.
Ahora que el mercado ha tomado ritmo y parece que no sólo va a ser un ritmo constante sino que va a ser creciente, quiero animar a todos los que están empezando a recuperar su sitio dentro del mundo laboral, a que dediquen un espacio de su día a reencontrarse con esos valores, esa dignidad y esa confianza que la crisis también se llevó.
Nuestra profesionalidad seguirá siendo la misma que teníamos antes de que los mercados mundiales, la bolsa y cuatro “potencias” que guían el devenir económico global, decidieran que nos retiraban temporalmente del mercado laboral, pero lo que no puede permanecer igual es la actitud, la inseguridad y el conformismo nacidos de esta crisis.
Seamos más listos y vamos a volver al “juego laboral” con nuevas reglas, nuevas ganas, con actitud renovada e instinto de superación, y con la idea de que nada volverá a ser como antes, porque los mercados nos habrán vuelto a dar una oportunidad laboral pero, nosotros, vamos a aportar los valores perdidos.